❦ La calma

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Saliendo de la casa de Sanha, entre Moonbin y Rocky subieron al asiento trasero al menor, lo llevaron rápidamente al hospital y entraron por el área de emergencias. Los médicos se movilizaron y atendieron de inmediato a Sanha.

Pasados algunos minutos explicaron a ambos jóvenes que Sanha debía reposar, les dieron la buena noticia de que no había nada malo en su corazón, pero que era evidente que sintiera dolor en su cuerpo después de tantos golpes.

Al poco tiempo un médico que conocía a Moonbin se acercó para preguntarle qué había ocurrido con Sanha y les daba su apoyo en caso de querer levantar alguna denuncia contra el padre del menor.

Ellos dos también fueron curados de las heridas que había provocado el señor Yoon en ellos.

- Pueden pasar a verlo - indicó el médico Junmyeon.

- Ve tú primero - animó Rocky al mayor.

Moonbin entró lentamente, no sabía qué iba a decirle, la última conversación que habían tenido no había sido muy agradable para ninguno.

Lo vio, estaba en la cama, sus ojos permanecían cerrados, había demasiados hematomas en su bonito rostro, su labio estaba reventado, él era demasiado blanco y eso hacía que todos esos golpes se vieran demasiado exagerados, pero... La verdad es, que sí había sido maltratado demasiado.

Moonbin no sabía las razones exactas de que el padre de Sanha lo hubiera golpeado de esa forma... Él no sabía que Sanha había ido hasta su casa para confesar que le gustaba un chico.

Otra vez estaban ahí, en la habitación de un hospital y Sanha seguía siendo la persona lastimada, eso era demasiado horrible para el pelinegro ¿Por qué siempre el menor?

- Hyung - habló a duras penas, todo le dolía.

- Hola Sanhie ¿Cómo te sientes? - se acercó a él y acarició con delicadeza su cabello.

- Siento que me pasó un tractocamión encima - se quejó, pero soltó una risita que al mayor le pareció tierna.

- Lamento no haber estado ahí - Moonbin se sentía demasiado mal, no era su culpa, pero se sentía fatal.

- Solamente habrías recibido una golpiza como yo hyung... Aunque por lo que veo, sí recibiste algo de ello - Sanha acercó su mano hasta el rostro del mayor.

En ese momento ellos eran los únicos existentes en el mundo, ese ligero toque había borrado la demás existencia. Los pies de Sanha hormigueaban y el estómago de Moonbin se retorcía, era una pequeña, mejor dicho, una enorme emoción la que estaban sintiendo.

Moonbin tomó entre sus manos la mano con la que Sanha estaba tocándolo. Lo miró con dulzura y se sentó a un lado de la cama. ¿Cómo ese chiquillo lo hacía sentirse de esa forma? Rebozaba de felicidad.

- ¿Vas a dejar de alejarte de mí? - preguntó el mayor.

- Creo que sí hyung - la sonrisa de Sanha era tímida, él no quería alejarse de su hyung.

- Si lo intentas Yoon Sanha, no voy a permitirlo ¿Entendido? - advirtió el mayor y Sanha asintió con emoción.

La bella burbuja en la que estaban se destruyó por la intromisión de cierta rubia que le provocaba torticolis a Moonbin.

Ella corrió hacia Sanha y empujó a Moonbin haciendo que soltaran sus manos, el pelinegro la miraba con sorpresa y reproche ¿Qué le pasaba?

- ¿Ahora qué te pasó Sanha? ¿Es que acaso no sabes cuidarte? - empezó a reclamarle.

- ¿Qué te pasa a ti? Si vas a venir a decirle esas tonterías después de ver las condiciones en las que está, mejor vete - Moonbin no la soportaba, era una chica ridícula, ni siquiera se preocupaba realmente por Sanha.

- Soy su novia, tengo todo el derecho de estar aquí, mucho más que tú - contraatacó la rubia.

- Puedes ser la reina de Inglaterra y no me va a importar echarte de aquí si sigues con esa actitud nefasta, si vienes a ver a Sanha asegúrate de tratarlo bien, está lastimado, deja los reproches y esas estúpidas preguntas para después, ahora él necesita apoyo, no reclamos.

Yeri miró con confusión al mayor, nadie le había hablado de esa forma anteriormente, además ella sí estaba preocupada por Sanha, el que le dijera eso era porque estaba preocupada por él, tenía una forma demasiado extraña de preocuparse.

Sanha miró a Moonbin y su mirada se iluminó, él en verdad lo apoyaba y no podía estar más agradecido de tanta protección... Él empezaba a sentir un poco más por su roomie, por su hyung.

- ¿Puedes irte? - más que pregunta fue una orden.

- ¿Qué? - el pelinegro frunció su entrecejo.

- No, Yeri, mi hyung no irá a ninguna parte - respondió Sanha atrayendo ambas miradas.

- ¿Por qué no? Quiero estar contigo - se quejó la rubia.

- Y aquí estás conmigo, pero él no se irá.

- Entonces me voy yo.

Dicho eso, Yeri salió de la habitación del hospital, estaba demasiado enojada ¿Por qué Sanha estaba poniendo por encima de ella a Moonbin?

El mayor no cabía en la habitación de la emoción y alegría que estaba sintiendo en su pecho. Miró a Sanha y corrió hacia él, lo abrazó con mucho cariño intentando no lastimarlo. El menor correspondió sin ninguna queja.

Rocky observaba todo desde afuera, se sentía feliz de ver a su amigo reconciliándose con Moonbin, a pesar de que haya sido en esas circunstancias.

- ¿Qué pasa? ¿Por qué esa enorme sonrisa? ¿Se están besando? - interrumpió su contemplación el rubio de sus suspiros.

- ¡Wonnie! - lo abrazó efusivamente - No, no se están besando, pero ya están mejor.

-cVaya, eso me hace sentir mejor, Moonbin estaba pasándolo demasiado mal.

- Ni me lo digas, Sanha estaba igual... Pero apenas ahora pudo librarse de ese peso.

- Van a estar bien, pequeño lobito - Eunwoo tomó entre sus manos el rostro de Rocky y le dio un besito corto, provocándole sonrojarse hasta las orejas.

Tu me enseñaste ᴮⁱⁿˢᵃⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora