❦ Juego de béisbol

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El nuevo rubio miró con sorna a Rocky, no esperaba esa reacción del castaño y definitivamente lo divertía, después posó su mirada en Sanha, ese pequeño había cambiado mucho y todo había sido para bien según veía, aunque... ¿Finalmente aceptaba que le gustaban los chicos? Se preguntaba.

Moonbin se percató de la intensa mirada que estaba recibiendo su novio por parte de ese desconocido sujeto, no le agradó en absoluto, mucho menos después de darse cuenta de la rigidez que causó en el menor, así que soltó su mano y con ella rodeó su cintura.

- Bueno, nosotros nos adelantamos, tenemos bastantes cosas por hacer esta tarde en el dormitorio ¿Verdad amor? - rompió con el incomodo silencio el pelinegro.

La mirada de Luhan ahora se puso sobre él, así que ¿Amor? ¿Vivían juntos? interesante... Una sonrisa arrogante se adueñó del angelical rostro del rubio. Sanha lo miró mal, giró su mirada y al encontrarse con las orbes de su novio su semblante se suavizó, su bello hyung siempre estaría para cuidarlo.

- Así es precioso - le sonrió al mayor - Ya mañana en el juego les damos los detalles.

- Moonbin, tienes que llegar temprano, nada de andarse desvelando picarones, porque ya los conozco - Eunwoo los señaló acusadoramente y Luhan seguía analizando todo - Recuerda, es un juego importante, nada de llegar cansado.

- ¡Eunwoo hyung! - chilló Sanha al percatarse de lo que estaba sugiriendo que ellos hacían.

- A mí este pequeño Beagle me comparte sus energías, no me las agota.

Moonbin sonrió de oreja a oreja, abrazó amorosamente al menor y le dio muchos besos en su rostro. Sanha empezó a reír, esos besitos le provocaban cosquillas, pero igual se aferró al cuerpo contrario.

- Quién diría que eres así de empalagoso, a simple vista pareces un sujeto frío y desinteresado - habló Luhan por segunda vez, dirigiéndose a Moon.

El pelinegro se giró y miró de pies a cabeza a ese sujeto rubio, le dirigió una mirada altiva y una sonrisa de lado, ya le parecía bastante molesto ese chico y cada vez lograba caerle peor.

- Bueno, como dices, ni siquiera me interesa lo que tú pienses de mí, sin ofender - si claro, lo hacía con todas las ganas del mundo de ofenderlo.

- Las apariencias engañan - siguió Sanha, entrecerrando sus ojos. Luhan sabía que ese comentario iba a él.

- Un gusto volver a verte, Sanha - Luhan evadió por completo ambos comentarios y se centró solamente en Sanha, luego empezó a caminar para salir del lugar, pero...

- No puedo decir lo mismo - respondió Sanha haciendo que se detuviera y girara de nuevo para verlo.

- ¿No? Juraría que mientes.

Moonbin no comprendía nada de lo que ocurría ¿¡Quién diablos era ese tal Luhan y qué representaba en la vida de Sanha!? Sí, celos empezaron a plasmarse en el pelinegro, pero a su vez el instinto sobreprotector le gritaba que cuidara de su novio.

- Y yo juro que te equivocas, no sé cuál haya sido tu relación con mi novio, pero déjame decirte de una vez, no intentes molestarlo, porque es evidente que lo haces, ni siquiera te conozco, pero a simple vista, tu apariencia adorable no me engaña.

- ¿Moonbin cierto? - Luhan colocó su mano sobre la barbilla - No es de mí de quien deberías escuchar el papel que tuve o tengo en su vida - sonrió arrogante de nuevo - Y como dijiste, a mí tampoco me interesa lo que pienses de mí, es más, entre peor lo hagas, mejor para mí.

- Luhan, cálmate - intervino Yixing, quien había empezado a sentirse bastante incómodo.

- Yo estoy calmado - volvió a mostrar esa sonrisa - Pero parece que aquí el único intranquilo es este pelinegro con cara de príncipe y no lo culpo - con su lengua empujó su mejilla y volvió a girarse.

Tu me enseñaste ᴮⁱⁿˢᵃⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora