❦ Emociones desequilibradas

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Moonbin esperaba que Sanha no tocara el tema, pero como siempre, ocurría lo contrario a lo que él deseaba, ambos entraron a la casa de campaña, se sentaron en posición de indio y esperaron a que alguno de los dos iniciara la plática.

A Sanha le sudaban las manos, estaba nervioso y preocupado, no había pensado en hablar del tema, pero al tenerlo así de frente y tan cerca, lo hizo querer saber más.

- Bueno ¿Qué quieres que hablemos? - empezó el mayor.

- ¿Por qué te fuiste tan de repente? ¿Hice que te incomodaras de alguna manera? - Sanha quería darle a entender que hablaba del "beso", pero no quería decirlo directamente.

- No me incomodas Sanha, no pasó nada malo, te ayudé y sé que tú también lo habrías hecho conmigo de estar en tu situación.

- ¿No fue incómodo para ti unir tus labios con los míos?

Moonbin sintió que las piernas le temblaban, a pesar de estar sentado, no pensó que sería tan directo, ni siquiera Sanha esperaba serlo, pero fue frustrante intentar evadirlo y por eso decidió preguntarlo sin más rodeos.

El silencio duró un par de minutos y ambos empezaban a impacientarse, había sido raro para ambos esa pregunta.

- ¿Por qué piensas que fue incómodo unir mis labios con los tuyos?

- Porque somos hombres - dijo con obviedad - Además, ambos tenemos novias, podría ser malo si alguna de ellas se entera que...

- No nos besamos Sanha, solamente estaba compartiendo el poco oxigeno que alcanzó a dejarme mi botella bajo el agua.

- Pero...

- Es así, es como si hubieras tragado agua, también te habría dado respiración de boca a boca y no significa que estuviera besándote.

Sanha sabía que había nerviosismo en la voz de Moonbin, así que, de cierto modo estaba dudando de lo que le acababa de decir.

A él si le había parecido un beso, el hecho de que dos personas junten sus labios, sin importar las circunstancias es al fin y al cabo un beso, y no hay nada que lo haga cambiar de parecer.

- Bien, si tú dices... - Sanha estaba por levantarse y salir.

- ¿Yo digo? ¿Hubieras preferido que te dijera que si nos besamos? ¿Y luego qué?

- No... bueno... ¡Aaah! ¡Hyung! ¿Sabes qué? ¡Olvídalo! - Sanha se recostó y miró el techo de la casa de campaña.

Moonbin se quedó observándolo, veía la molestia en su adorable rostro, pero ¿Él qué podía hacer? ¿No era mejor dejar las cosas así? ¿Para qué complicarse?

Para empezar, aceptar que se había besado con un chico cambiaba demasiado la situación de ambos, se supone que son heterosexuales los dos, ambos tienen novias también, sería como estarles siendo infiel y estaba seguro de que ninguno de ellos quería hacer algo como eso.

- Sanha, me fui porque algunos recuerdos de mi infancia regresaron - la voz de Moonbin sonó apagada y triste, lo cual hizo que Sanha prestara atención - Yo... Tenía once años, fui al mar con mi familia, todo estaba bien y mis padres me pidieron que acompañara a mi hermana de doce años a bucear - se recostó junto a Sanha.

- No sabía que tenías una hermana hyung.

- Casi nadie... Bueno, fuimos a bucear y todo estuvo bien, hasta que pasamos por un arrecife, mi hermana llevaba un cinturón encima del traje de buceo y terminó atorado en unas rocas - la voz de Moonbin se empezó a entrecortar - Su oxigeno se acabó primero que el mío, como pasó contigo... Me quité mi equipo y se lo di, necesitábamos ayuda, le pedí que me esperara, que resistiera... Salí del agua y pedí ayuda, un par de señores encargados del buceo bajaron por mi hermana... Cuando salieron...

Moonbin guardó silencio y colocó su brazo sobre su rostro, Sanha se giró para mirarlo y vio su pecho subiendo y bajando de forma inestable, se estaba conteniendo.

- Está bien hyung, creo que ya comprendí, no tienes que decirme nada más.

Su hermana había muerto ahogada por lo que el menor estaba entendiendo y al parecer era algo que lastimaba demasiado al peli gris.

El llanto del mayor resonó en toda la casa de campaña, Sanha sintió como un nudo se formaba en su garganta, sentía horrible de escuchar llorar a su hyung.

Moonbin seguía sin quitar su brazo de su rostro, le dolía recordar, toda esa tarde se había sentido decepcionado, triste, inútil...

Sanha no pudo contenerse y abrazó a su hyung, el cuerpo de Moonbin se puso rígido ante el primer contacto, pero poco a poco se fue relajando, se dejó atrapar entre los brazos del menor y el llanto se convirtió en leves sollozos.

Por fin, Moonbin quitó su brazo del rostro, Sanha se quedó mirándolo, sus mejillas y nariz estaban completamente rojas, sus ojos brillosos por las lágrimas, sus pestañas húmedas al igual que sus labios...

Ahí estaba de nuevo esa emoción en el pecho del menor, su estómago también se sentía extraño, era fuera de lo común tener esas sensaciones para él, era agradable, pero se sentía inestable, había cosas que pasaban por su mente que reprimía con fuerza, no podía estar pensando en eso...

Moonbin también mantuvo la mirada en el contrario, él se veía tranquilo, todo rastro de enojo que tenía minutos atrás había desaparecido... Los ojos de Sanha eran muy bonitos, sus labios también eran lindos. Estaba cayendo en pensamientos que jamás creyó tener y eso no debía suceder...

- Hyung - Sanha empezó a acariciar el rostro de Moonbin y éste abrió sus ojos más de lo normal - ¿Cómo es que te ves tan bien llorando?

- ¿Qué...?

La mente de Sanha estaba nublándose con la imagen que tenía enfrente, estaba perdiéndose, no podía pensar con claridad nada de lo que hacía o decía. Continuó recorriendo las mejillas del peli gris, quitando las lágrimas.

Moonbin se quedó congelado con las palabras del menor, después ese tacto terminó por bloquearlo, ¿Qué le estaba haciendo su roomie? Al terminar de pensar en ello, sintió sobre su mejilla un contacto suave, los esponjosos labios de Sanha estaban sobre su rostro.

La respiración contraria era cálida, Moonbin reaccionó, salió de su bloqueo y de un instante a otro ya tenía a Sanha debajo de él...

- Sanha.

- Moonbin hyung.

Se acercaron poco a poco, Sanha no había puesto resistencia ante nada de lo que el mayor hacía, dejó sus manos a los costados de sus piernas, miró fijamente a los ojos contrarios que cada vez estaban más cerca de su rostro, las emociones en su estómago estaban desbordándose... Jamás sintió eso antes, ni siquiera con Yeri... Espera ¡Yeri!

Despertó de ese embelesamiento y colocó sus manos sobre el pecho de Moonbin, deteniéndolo.

Moon se quedó en silencio, no se quejó y tampoco continuó, solamente se quedó así, en la misma posición, Sanha notó la seriedad que empezaba a inundar la mirada contraria, había mucha contradicción en el rostro de Moonbin

- Oppa~ - escucharon la voz de Lisa fuera y se separaron al instante - Lamento lo que pasó oppa~ ¿Podemos hablar?

- Más tarde regreso Sanha - carraspeó y salió de la casa de campaña.

Tu me enseñaste ᴮⁱⁿˢᵃⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora