❦ No fue un sueño

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Narrador omnisciente.

Sanha despertó, sus ojos tardaron en acostumbrarse a una luz extremadamente blanca, después de varios minutos logró enfocar bien y se percató de que estaba en el hospital ¿Qué hacía ahí? Pensaba al instante en que sintió un leve dolor en el pecho, miró a su alrededor y ahí lo vio...

El platinado estaba recostado en el pequeño sillón que había a un lado de la cama de Sanha, dormía, pero se notaba el cansancio en su rostro, tenía rastros evidentes de lágrimas ¿Por qué estaba precisamente él ahí?

Sanha se quedó mirando a su roomie y empezó a recordar lo ocurrido el día de su accidente... Su dolor había regresado, había sido un tonto al pensar que esos dolores no volverían, él nunca estuvo bien de su corazón, era sólo cuestión de tiempo para que se presentaran nuevamente.

Después recordó cuando salió del aula de danza, Moonbin estaba con una chica, después... Sí, Moonbin había corrido hacia él, estuvo en todo momento a su lado hasta que la ambulancia llegó, él había llorado. Sanha se sentía tan desconcertado con la situación.

- ¡De-despertaste! - el platinado sacó de sus pensamientos al menor.

- Moonbin sunbaenim - Sanha se sentía tan avergonzado de todo lo que había ocurrido.

Era un chico débil, se sentía un estorbo, siempre había sido de esa manera, desde pequeño su familia lo protegía demasiado, no lo dejaban practicar ningún deporte y por lo mismo había aprendido a tocar la guitarra y cantar un poco, incluso dibujaba.

En el momento en que su madre lo veía con una pelota corría y se la quitaba para después darle un tremendo sermón de por qué no debía estar jugando así. Del mismo modo en la escuela, sus profesores ya sabían que no debían dejarlo salir a jugar en el patio y cuando lo veían iban por él para llevarlo al salón de nuevo, había sido tan difícil.

Cuando le daban los dolores sus padres entraban en pánico y lo llevaban de inmediato al médico exigiendo un trasplante para él.

Nunca había podido ir a acampar porque había montañas y eso podía hacerle daño, según su madre, no había llevado una vida normal, él era una carga para todos, siempre lo era.

- ¿Te duele? - preguntó Moonbin mirando el pecho contrario.

- Un poco... ¿Qué me hicieron? - Sanha estaba consciente de que tuvo un accidente, pero no estaba enterado del trasplante.

- Amm... - Moonbin rascó su nuca y desvió su mirada - T-te hicieron un trasplante de corazón.

Sanha abrió sus ojos con sorpresa, había estado esperando toda su infancia y adolescencia por ese trasplante, incluso llegó a creer que moriría antes de que eso fuera posible, pero la vida daba muchas sorpresas.

- ¿¡Por qué lloras!? ¿¡Te duele!? ¿¡Te sientes mal!? - el platinado entró en pánico al ver el mar de lágrimas que corría en el rostro de Sanha.

- N-no, no duele - tocó su pecho y miró al otro - ¡Estoy muy feliz!

De pronto, Moonbin fue atrapado por los brazos de Sanha, eso lo tomó por sorpresa, sintió que el nerviosismo se apoderó de su cuerpo y eso no solía ocurrirle.

Los brazos del menor se sentían bien, bastante acogedores, cerró sus ojos y aceptó con tranquilidad el abrazo, correspondiéndolo con delicadeza.

En ese momento la puerta de la habitación se abrió y entró Rocky junto con la madre de Sanha, ambos se quedaron congelados al ver esa escena.

Rocky pensó que esos dos se caían mal, o al menos era lo que le hacía pensar Sanha siempre, pero ese abrazo y esas expresiones en sus rostros no eran de odio en absoluto.

Tu me enseñaste ᴮⁱⁿˢᵃⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora