❦ Primeras impresiones

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Las cosas eran simples en el campus de "Aroha" Universidad de Artes y Deportes. El lema principal era "Déjalo ser/fluir"

Los alumnos no tenían muchas restricciones, solamente se les pedía que llegaran temprano a sus dormitorios y ni una regla más.

Ese era el segundo semestre de Sanha y para su mala suerte tenía que cambiar de habitación.

El primer semestre había compartido dormitorio con Rocky, su mejor amigo, pero había sido de ese modo porque eran de nuevo ingreso, se les daba esa oportunidad de quedarse con algún amigo o conocido en lo que se adaptaban al campus y conocían más personas, pero a partir del segundo semestre las cosas cambiaban.

Esa misma mañana habían ido a depositar sus nombres en unas urnas a la entrada del campus, a la mañana siguiente se les informaría mediante carteles en qué dormitorio se quedarían a partir de ese día.

- ¿Ya decidiste a qué club vas a unirte Sannie? - preguntó Rocky al salir de bañarse.

- Estoy pensando en unirme al de música Lucky ¿Y tú? - en realidad estaba desanimado, él no quería cambiarse de dormitorio.

- Creo que, al club de danza, me dijeron que de aquí se han graduado los mejores bailarines a nivel mundial y me gustaría ser uno de ellos algún día - él sí que estaba entusiasmado.

Rocky siempre había sido más social que Sanha, el cuál prefería no estar rodeado de tantas personas, le gustaba su espacio, la tranquilidad y siempre se le había complicado un poco conocer a otras personas, por eso la situación de cambiar de dormitorio lo ponía de nervios.

- Oye, pero está genial que entres al club de música, tengo entendido que ahí están los chicos más populares y atractivos del campus.

- Rocky, ya te he dicho muchas veces que no soy gay, además estoy saliendo con alguien ¿Por qué insistes en hablarme sobre chicos?

- Porque yo sí lo soy y me gusta hablar de chicos - sonrió inocente a su amigo.

- Buen punto - ambos rieron y continuaron hablando de otras cosas.

Terminada su plática fueron a los diferentes clubes de la universidad, al primero que llegaron fue al de danza, que era donde Rocky quería entrar.

Ahí estaban puras personas mayores que ellos dos, no parecía haber nadie de su curso y eso al inicio le había preocupado a Rocky, pero no se dejaría intimidar, además estaba ahí para aprender.

Entraron y un par de chicos estaban ensayando una coreografía, ambos con el cabello castaño, parecían bastante concentrados ya que no habían notado la presencia de ellos. Bailaban demasiado bien, sus movimientos eran súper rápidos, pero perfectamente coordinados, había una química muy buena entre ambos.

Después de unos minutos de admiración, esos bailarines terminaron su coreografía y uno de ellos los miró.

- ¡Oh! ¡Hola! ¡Soy MJ! ¿Quieren unirse al club de danza? - se acercó con una enorme sonrisa sin despegar su vista de Sanha.

– Yo sí, mi amigo no - devolvió la sonrisa Rocky, sin percatarse de la penetrante mirada que su amigo estaba recibiendo.

- Oh... Qué lástima que tu amigo no - chasqueó la lengua y regresó a su sonrisa del inicio - ¿Puedo saber a qué club planeas unirte? - se dirigió a Sanha.

- Mmm, sí, me uniré a música - Sanha no entendía que pasaba con ese chico llamado MJ, su mirada era demasiado intensa, se empezaba a sentir incómodo.

- Bien, pues buena suerte - MJ dijo eso como si estuviera por entrar a un calvario, según la percepción de Rocky y Sanha.

JinJin, el otro chico de danza, a la distancia observaba a MJ y negaba con la cabeza... Esperaba que no fuera lo que estaba pensando.

Tu me enseñaste ᴮⁱⁿˢᵃⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora