❦ ¿Por que?

73 12 1
                                    

Moonbin le explicó con bastante dificultad lo que había pasado en el accidente, él no quería que Sanha cerrara sus ojos, por lo menos no hasta que llegaran los paramédicos y lo auxiliaran, y no habían sido promesas al aire, él en verdad quería hacer todo eso que le había prometido a Sanha tras el accidente.

- No quiero que me mal entiendas Sanha, no soy un mal sujeto, es sólo que no suelo ser demasiado abierto en cuanto conozco a otras personas, nunca quise ser grosero contigo y tampoco con Rocky - expresó decaído al percatarse de cómo se había comportado cuando los conoció.

-cNo pasa nada hyung ¿Puedo llamarte hyung? - cuestionó inquieto y el platinado asintió contento - Entiendo que seas un poco cerrado al inicio, yo también soy así, lamento haberme hecho una idea equivocada.

- ¿Empezamos de nuevo? - preguntó con evidente entusiasmo.

- Claro que sí - una sonrisa de oreja a oreja apareció en el tierno rostro del
menor.

Habían iniciado de mala manera, quizá ambos se juzgaron antes de intentar conocerse y sabían ahora que era un error, sería bueno empezar otra vez con todo.

Sanha se sentía alegre de no caerle mal a su hyung, él parecía ser alguien frío, pero en realidad era bastante cálido, ese era como el encanto del peli gris.

- ¿Te gustaría ver alguna película? - preguntó el mayor.

- No, pero ¿Podríamos ver un dorama japonés?

- No tenía idea de que te gustaran esos doramas - dijo con sorpresa - Pero sí, ¿Cuál quieres ver?

- Elige por mí - sonrió, esperando que tuvieran gustos similares.

Tal y como había esperado, tenían gustos muy parecidos y había elegido un dorama que a él le gustaba demasiado, lo había visto dos veces, esa sería la tercera, incluso podría llegar a verlo hasta diez veces y jamás se cansaría de él.

Pasaron un día bastante agradable, comieron fruta, vieron el dorama, incluso habían jugado un poco en el Xbox de Moonbin. Tuvieron una tarde de risas y bromas, algo que cuando se conocieron les parecía casi imposible.

Ya era poco tarde, Sanha necesitaba reposar y por ello ya estaban por ir a dormir, cuando el timbre del dormitorio sonó, ninguno esperaba recibir visitas, pero insistieron algunas veces, de modo que Moonbin se puso de pie y abrió.

Al instante una rubia entró sin su autorización y empezó a buscar a su alrededor, cosa que al peli gris no le agradó en absoluto ¿Quién se creía que era? Caminó hasta ella y la tomó del brazo.

- ¿No te enseñaron modales en casa? ¿Por qué entras de esa manera al dormitorio de dos chicos a esta hora? ¿Qué quieres aquí? - la voz de Moon era bastante hostil y su mirada taladraba a esa chica.

- ¡Suéltame! - se soltó del agarre con brusquedad la chica y en eso Sanha se asomó por el alboroto - ¡Sanha! ¡Bebé! ¿Cómo estás?

¿Bebé? Moonbin frunció el ceño sin siquiera darse cuenta, sintió que un malestar se le clavaba en el estómago por un breve instante.

La rubia corrió y abrazó con fuerza a Sanha, él solamente se quedó inmóvil y un gesto de dolor apareció en su rostro, el cual no pasó para nada desapercibido por Moonbin.

- Lo estás lastimando - la separó de Sanha.

- Perdón Sanha - se disculpó al instante mirando con reproche a Moonbin - También perdóname por no haber ido al hospital, no pude, tú sabes, los exámenes son esta semana y mis papás no querían que saliera del campus...

- Tranquila Yeri, no pasa nada - sonrió débilmente el menor - Lo bueno es que ahora estás aquí.

Moonbin se quedó observando la escena, ella había vuelto a rodear con sus brazos a Sanha ¿Era su novia? Pensó sin quitares la vista, pero si era la novia, esos pretextos eran completamente absurdos, ¿Cómo podía? Sanha pudo morir ese mismo día y ella no se había dignado a ir ni un minuto para verlo, por algún motivo eso hacía que Moonbin se sintiera realmente molesto.

- Los dejaré solos Sanha, creo que necesitan platicar - interrumpió con seriedad.

- Gracias hyung.

- Solamente te pido algo - se dirigió a la chica - Son las ocho de la noche, para las diez necesito que te retires - intentó sonar lo más educado posible y ella le dio una risa incrédula.

- También es dormitorio de Sanha, si quiero me puedo quedar aquí ¿Verdad bebé?

- Yeri... No quiero ser grosero, pero él es mi hyung y necesito descansar.

- Ah... Claro... Está bien - Yeri miró con recelo a Moonbin, quien la miraba arrogante - A las diez me voy de aquí, lamento las molestias.

Moonbin sabía que esa chica estaba forzándose demasiado para decir esas palabras, no le creía nada, pero lo dejaría pasar por Sanha, era su novia y no quería causarle más molestias al menor, después de todo, se había puesto de su lado y había respetado su postura.

Pero... ¿Por qué se sentía así? Estaba molesto sin razón, si hubiera sido Lisa no habría reaccionado así y estaba seguro de que Sanha tampoco habría tenido inconveniente... Entonces ¿Por qué?

Sanha se quedó en la sala con Yeri, ellos se habían conocido el semestre anterior, ambos eran de nuevo ingreso, habían compartido algunas clases también y, un día ella lo había invitado a salir para tomar un café.

Él había aceptado empezar a salir con ella, en realidad era la segunda chica con la que tenía una relación, ya estaba en la universidad y tenía muy poca experiencia con mujeres se sentía demasiado ridículo por estar en esa situación y ahí había decidido darse una oportunidad de conocer mejor del
romance.

- ¿Qué fue lo que pasó Sanha? ¿Por qué nadie me llamó de inmediato? - ella se escuchaba entre molesta y preocupada. Se pegó más al cuerpo del castaño, y éste se sintió fastidiado.

- Bueno, ya te había dicho de los problemas cardiacos que tenía. Ese día regresaron de repente y pues tuve un accidente intentando conseguir un taxi - Sanha no tenía ganas de hablar mucho al respecto, a decir verdad, quería descansar, pero no se portaría grosero con Yeri.

- ¿Quién te llevó al hospital? ¿Fue él? ¿Por qué no me llamó a mí también? - su novia empezaba a marearlo.

– No lo sé, Yeri, y sí, fue Moonbin hyung quien me llevó.

Sanha empezó a ver que todo le daba vueltas, puso sus manos en su rostro y empezó a inhalar profundo, Yeri se asustó por un momento y llamó a Moonbin quien salió de inmediato.

- ¿Qué tienes Sanha? ¿Te duele? ¿Te sientes mal?

- No hyung... Solamente empecé a marearme un poco.

- Yeri ¿Así te llamas cierto? - ella asintió - Creo que es momento de que te vayas, Sanha no ha podido descansar bien y al parecer lo necesita. Para mañana estará mejor y podrás estar con él, por ahora deberías ir a tu dormitorio.

La chica seguía mirando recelosa a Moonbin, no le agradaba esa actitud altiva y fría de Moon, no le agradaba que Sanha no la defendiera, quizá estaba siendo egoísta, pero ella quería estar con el menor.

De esa forma, molesta, se despidió de Sanha y se fue.

El peli gris ayudó a Sanha a reincorporarse y lo acompañó hasta su habitación. Entraron y el menor perdió el equilibrio antes de llegar a la cama, Moonbin intentó sostenerlo con fuerza, pero sus piernas se tropezaron con las contrarias y ambos terminaron sobre la cama... Uno encima del otro.

Moonbin alcanzó a girarse para que Sanha no se golpeara en la cama, acababa de ser operado y cualquier golpe, por más leve que fuera podía ser peligroso, cuando se dio cuenta tenía al menor encima de él.

Sanha cerró con fuerza sus ojos al ver que estaba por caer, tenía miedo de lastimarse de nuevo, al abrir los ojos se encontró con las orbes más amables que había visto, un ligero destello apareció entre ambas miradas.

Moonbin sintió como si acabaran de golpearlo en el estómago, lo sentía revuelto y empezó a agitarse un poco, quiso tranquilizarse, pero sus manos temblorosas lo delataban.

Por su parte Sanha también sintió algo en su pecho, su pulso estaba ligeramente acelerado, justo como le había pasado en el hospital, pero no le dolía... Entonces... ¿Por qué?

Tu me enseñaste ᴮⁱⁿˢᵃⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora