Capitulo 23

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  Dejó las bolsas sobre la encimera y se dispuso a sacar los productos para ordenarlos en la alacena. Su madre entró en la cocina con una sonrisa y lo abrazó por la espalda — Gracias por todo esto.

— No hay nada qué agradecer, mamá.

  La puerta se abrió y un hombre bastante ebrio cayó sobre el sillón. Cuando escucharon el ruido salieron a ver.

— Levántate — Jungkook ordenó con molestia.

— No estés jodiendo — respondió su padre sin abrir los ojos.

La mujer solo se quedó pasmada en el umbral de la cocina, sin saber cómo reaccionar.

— ¿Sabes cuántos días tienes sin venir?, sin ver si mamá está bien o si ya comió.

— ¿Qué demonios quieres, Jungkook?

— Que te largues — abrió la puerta de salida.

— Hijo...

— No, mamá. Ya, hasta hoy.

— ¿Me vas a echar de mi propia casa? — lo miró con burla.

— Puedes irte o puedo sacarte, como tú quieras.

— Soy tu maldito padre.

— Me importa un carajo.

— Jungkookie, cálmate — su madre trataba de intervenir pero el pelinegro ya estaba cansado.

— ¿No tienes más familia por ahí?, ve a qué te reciba otra. Aquí ya no eres bienvenido. Yo me estoy haciendo cargo de lo que hace falta.

— Ya, no estés molestando — volvió a cerrar los ojos solo por un par de segundos porque su hijo lo tomó por la camisa y lo levantó, sacándolo prácticamente a rastras de la casa.

— No voy a permitir que mamá pase otra noche esperando por ti en la ventana, no voy a permitir que nuevamente nos dejen sin electricidad porque tú preferiste beber o pagar putas en vez de ser responsable, no voy a permitir otra vez que te desaparezcas por días y dejes a mamá preocupada y luego vuelvas como si nada. Ya no más...

— ¿Es una broma?

Recogió las llaves que estaban en el piso y se las metió al bolsillo para que no pudiera volver a entrar — No y no vuelvas por aquí o llamaré a la policía — le cerró la puerta en la cara y miró a su madre quien lloraba desconsolada.

Le tocaba ser fuerte por ambos pero era muy duro. La abrazó y lloró con ella. Desearía no verla sufrir tanto.

  Más tarde, recibió un mensaje de Jimin. Diciendo que estaba listo.

Llenó sus pulmones de aire y tras dejar a su madre dormida, salió en su motocicleta.

No mentiría, tenía muchos nervios y se sentía ansioso. El rubio le había indicado dónde estacionarse y cuando estaba llegando lo vió agitando la mano. Se quitó el casco y se lo ofreció al menor.

— ¿Y tú?

— No importa, prefiero que tú vayas más seguro.

Se sonrojó — Muchas gracias.

— Ven, te ayudo a ponértelo — aún sentado en la moto, le acomodó el cabello hacia atrás, le dió un besito y le puso el casco — muy lindo.

— Aveces eres muy dulce — subió detrás de él.

— Tengo mis momentos.

— Y yo gas pimienta y el llavero asesino de Hello Kitty que me diste.

— También traje algo por si debemos defendernos — encendió y arrancó.

Chromatic Love - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora