Capitulo 9

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  Al salir del baño tenía muchos planes con el mayor. Planes que se desvanecieron al no encontrarlo.

Ninguna de sus prendas estaban en la habitación y la ventana estaba abierta.

Se había ido.

Jimin se pasó las manos por el rostro y exhaló frustrado. Había tratado de no sentir nada por Jungkook pero la atracción era sobrenatural y el corto encuentro que habían tenido lo dejó con ganas de más.

Se acostó en la cama y cerró los ojos recordando lo grande que era el pelinegro. Lo delicioso que se sintió ese piercing golpeando su garganta y se arrepintió de no haberlo detallado mejor. Se había dejado llevar por la desesperación y ni siquiera pensó, cuando ya se lo estaba llevando a la boca.

— Mmhg — gimió bajito — Jungkook...

  Quería hacerlo con él. Quería tener sexo con él, ser penetrado y maltratado. Quería que así como se folló su garganta, se follara su culo.

Estiró el brazo para tomar el celular y lo llamó.

Sin éxito porque no le contestó.

Botó el aire y se cubrió con la manta. Por el día hablaría con él.

             Día cuarenta y dos

— Creo que debes escoger mejores horas para practicar. Hacías demasiado ruido — su madre lo regañó, sirviendo el almuerzo.

— Lo siento mucho — prácticamente ni comió. Estaba desesperado por irse a la universidad.

— ¿No tienes hambre?

— No, lo siento. Comeré cuando vuelva — se levantó y salió. Se iría en taxi pero al cruzar la puerta, vió la camioneta de Min-gyu acercarse.

— Buenos días, mi bebé...

Jimin subió al copiloto y saludó a su novio. Dirigiéndose a la universidad.

                                -

  El salón en dónde tendrían la primera clase, ya estaba lleno, solo a excepción de una persona que aún no había llegado. El asiento de Jungkook seguía vacío y eso solo lograba aumentar la ansiedad del rubio.

¿Y si algo le pasó?

Sacó su teléfono nuevamente para llamarlo y justo en ese instante, llegó corriendo — Lo siento mucho — se dirigió al profesor.

— Jeon... Tome asiento.

— Gracias — se sentó, como siempre en los últimos asientos. Jimin se sintió más tranquilo.

Cuando la clase terminó y todos iban saliendo, lo detuvo — ¿Estás bien?

— Sí, lo siento por irme así. Revisé en los correos basura y tenía una prueba hoy a las siete de la mañana. Si no me iba la perdería.

— ¿De trabajo?

— Sí — sonrió levemente.

— ¿Y cómo te fue?

— La pasé... Es en un estudio de tatuajes. Necesitan que cumpla todo el horario de la mañana tres días por semana y todo el horario de la noche y madrugada por tres más.

— ¡Felicidades! — lo abrazó.

— Gracias...

— Me preocupé.

— Sí, sobre eso — le entregó un llaverito de Hello kitty — mira lo que encontré.

— Que bonito — dijo con total naturalidad.

Chromatic Love - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora