Jungkook no recuerda la última vez en la que tres personas comieron en la mesa. Normalmente era él junto a su madre, ella sola o él solo. Ahora, Jimin estaba ahí y compartía risas con su progenitora mientras degustaban de un rico menú.
Al finalizar, se despidieron y subieron juntos a la moto — Se siente triste volver a casa luego de haber pasado tanto tiempo contigo — lo abrazó por la espalda.
— Nos volveremos a ver en la noche, recuerda que falta el quinto acertijo del infierno.
Exhaló — ¿Y si todo va mal?
— Lo solucionaremos... Cada vez estamos más cerca de terminar con esta mierda.
— Tu mamá es muy dulce...
— Ella es muy noble... La escoria es mi padre.
— ¿Por qué no estaba ahí?
— Porque le prohibí volver. Lo único que hacía era amargarnos la existencia.
— Se necesita fuerza para eso — estaba sorprendido.
Pararon frente a la casa del rubio y este se bajó — sé que quieres hablar con ellos pero déjame primero preparar el terreno, deben estar muy enojados.
— No — se bajó también y tomó su mano — pasaste la noche conmigo. Soy un hombre que da la cara. Por lo tanto te llevaré hasta la puerta.
Se puso rojo — Jungkook...
— Andando.
Jimin suspiró y abrió — ¿Mamá? — silencio — estoy de suerte, parece que no hay nadie.
— ¿No? — lo tomó por la cintura para besarlo y estrujarle las nalgas — lástima que me tengo que ir.
— Quiero hacer algo...
— ¿Cómo qué?
— Estamos en la ronda final de todo esto y me aterra el futuro... Sin embargo, eso no quita que siga queriendo experimentar cosas contigo y...
— ¿Y...? — lo miró con una ceja elevada y media sonrisa.
— No te lo diré, simplemente esperaré la oportunidad y la tomaré — le dió un beso — ya puedes irte a trabajar.
— Qué estará pasando por esa cabecita...
— Cosas que te gustarán.
Otro beso — Ya me voy, bebé. Te avisaré al llegar.
— Te quiero.
— También yo — salió de la casa y subió a la moto, se colocó el casco y encendió el motor, despidiéndose con su mano.
Jimin le mandó muchos besitos y se quedó viendo como se iba. Suspiró y cerró, dirigiéndose a su cuarto para seguir durmiendo lo que quedaba de día.
O eso quería, porque al menos una hora más tarde, Min-gyu llegó.
Tocó el timbre, obligando al rubio a despertar. Este amarró la cinta de su bata y bajó a abrir con pereza.
— Buen día — le entregó un paquete de regalo.
— No es mi cumpleaños...
— ¿Cuándo me ha importado?
Jimin giró sobre sus pies y caminó hasta la sala, el mayor lo siguió. Dejó el obsequio en el mueble y se sentó — Dime...
— Te dije que vendría a verte hoy.
— Dijiste que me llamarías.
— Es verdad, pero es mejor en persona.
— Entonces...
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Chromatic Love - Kookmin
FanfictionLa muerte también puede unirte a personas a las que jamás esperas. La tentación y el pecado puede nublar tu juicio mientras intentas descifrar la verdad. Un incidente lleno de colores se puede tornar gris cuando la vida se despide. Y con ello, una s...