Capitulo 14

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  La habitación podía fácilmente pasar por un sauna. El humo abarcaba gran parte del espacio y los amantes, yacían desnudos sobre la cama.

Jungkook dió varias caladas y le pasó el cigarrillo a Jimin. Ambos estaban levitando bajo los efectos del cannabis.

— Quiero hacer preguntas.

— Adelante.

— ¿Cuál es tu color favorito?

El rubio sonrió — me gusta el lila y el blanco, ¿qué hay de ti?

— El negro y el gris.

— Debí suponerlo. ¿Cuándo me harás tatuajes?

— Un día de estos...

— Vale. Háblame de ti — le pasó el cigarro.

— No hay mucho qué decir. Me llamo Jeon Jungkook y tengo veintidos años — Jimin carcajeó y le dió una palmadita en el costado — estudio en la universidad de artes escénicas de Seúl. Y aunque dije que no tenía sueños... Quiero ser cantante. Quiero darle una mejor vida a mi madre y hacer que no dependa más de Joy.

— ¿Quién es Joy? — le besó el pecho, jugando con sus piercings.

— Mi padre... Lastimosamente.

— ¿Puedo saber la historia?

— Es un bastardo — lo miró como jugueteaba con sus tetillas — me da cosquillas — acarició su pelo.

— Cuéntame — besó sus labios.

— Siempre fue malo con nosotros. Se aprovechaba de ser el jodido proveedor de nuestra familia. Tiene un problema grave con el alcohol y le encanta la doble vida.

— ¿Tiene más familias?

Asintió, fumando con su mano libre — Tiene aproximadamente dos hijos por fuera y cada vez que puede, se pierde durante días. Gastando el poco dinero que gana, con alguna mujer. Mamá lo espera cada noche, y cuando llega... Simplemente lo deja volver.

Jimin se sentó, tomando la camiseta que estaba a un lado y colocándosela — Por eso eres tan apático con ese tema.

— Es agotador — sonrió, pero dicho gesto no llegó a sus ojos.

— Tienes un pensamiento muy lindo, a pesar de todo. Querer ayudarla y mantener tu casa... Es algo bueno.

— Anteriormente lo hacía. Mi primera maquina de tatuajes la usé en mi habitación. Iban algunos amigos y conocidos de ellos y les hacía algún diseño. Aportaba todo lo que ganaba en mi casa. Pero un día, Joy llegó muy ebrio y golpeó a mi madre. Eso espantó a mis clientes y dejaron de ir.

— Qué mierda — lo miraba con atención.

— Pero basta de hablar de mí. Háblame de ti.

— Bien — se acomodó el pelo hacia atrás — me llamo Jimin — se burló, tratando de hacerlo reir. Jungkook negó con diversión, encendiendo de nuevo el cigarrillo que se había apagado — tengo veinte años y quiero ser bailarín clásico. Ya me viste haciendo algunos pasos pero yo no te he oído cantar y exijo recibir lo mismo que doy — lo miró con una ceja elevada.

— Aunque no lo creas, cantar me da vergüenza.

— Solo un pedacito... Por favor — rogó.

— ¿Qué quieres que te cante? Aprovecha que estoy drogado.

— No lo sé, cualquier cosa. Me conformo con oír una mínima entonación.

— Bueno, pero no me mires.

Chromatic Love - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora