Chromatic Love - Kookmin

Capitulo 34

  Jungkook abrió el local y dejó sus cosas sobre la mesa de recepción. Se acercó a quitarle el casco al más bajo y a darle un beso. Este se acostó en el mueble — Que días tan jodidos...

— Ya estás hablando como yo — se rió, quitándose su chaqueta para quedar en camisilla sin mangas. Se agachó cerca del rubio y le acomodó el pelo.

— Juntos pero a qué costo — puchereó.

— Pero juntos... Házme un lado — pidió y Jimin se sentó para que él se acostara y luego acomodarse en su regazo — que rico es tenerte así — lo abrazó.

— Es lo mejor de todo esto.

— Quiero planear otra cita... Tal vez viajar a algún pueblito.

— Sí quiero — se acurrucó más y minutos después, ya estaban dormidos.

  La alarma fue lo que los despertó. Ya eran las siete y Jungkook debía abrir.

Con pereza se removió, dejando descansar al rubio y lo cubrió con su chaqueta, dándose el tiempo de ver lo lindo que lucía. Dejó un beso en sus labios y se levantó a estirarse.

Encendió el letrero y quitó el seguro, limpiaría un poco y se prepararía para recibir a los clientes que fueran llegando.

La puerta se abrió — Buenas noches — una chica entró y miró al pequeño dormido — lo siento — habló bajito con una sonrisa.

— Tiene el sueño pesado — respondió de igual forma.

— Quisiera hacerme un diseño de mi marca, cubrir una cicatriz y arreglar unas flores.

— Vale, pasemos a la zona de diseño.

— De acuerdo — le dió una última mirada al durmiente y siguió a Jungkook.

Cuando Jimin abrió los ojos, vió la hora su teléfono. Eran casi las once, había dormido demasiado. Se sentó y estiró sus brazos y espalda — Mmhg... — chasqueó y miró a los lados buscando a su hombre.

En la parte privada se escuchan voces y algo de música, supuso que seguía trabajando. Pero él ya tenía hambre. Tocó con cuidado, escuchando un "Espera, ahora sí, pasa". Empujó la puerta y vió a Jungkook tatuando a una mujer.

Sintió un calor en el cuerpo cuando detalló que la chica tenía el vestido hacia arriba y no llevaba ropa interior. Su parte íntima estaba cubierta hasta la mitad con un papel y Jeon le estaba tatuando unas flores en el monte de Venus.

— ¿Estás bien? Ya casi termino — avisó.

¿Por qué estaba tan celoso? Sabía muy bien que ese era su trabajo, pero saber que estaba tatuando justamente eso... Era mucho para asimilar.

— Tengo hambre — dijo, tratando de no sonar grosero pero fue imposible.

— A penas termine pediré comida para ti, puedes esperarme en el sofá.

— ¿Me estás echando?

— Estoy trabajando... — lo miró con ojos muy abiertos.

Jimin no dijo nada, solo cerró y se fue a sentar de brazos cruzados. Podía ser una tonteria pero Jungkook tenía sus manos sobre ella y eso le estaba jodiendo mucho.

— Lo siento — dijo Jeon colocándose otra vez el barbijo.

— ¿Es tu novio?, parecía molesto — se rió.

— Sí... Él es explosivo a veces.

— Pero muy lindo.

— Mucho.