Trébol

2.4K 6 0
                                    

Nunca he sido fanática de las relaciones sentimentales, no soy una puta, pero tampoco soy una santa. Solo soy selectiva. Desde que comencé a tener relaciones sexuales comencé a tener una vida sexual demasiado activa, con la prevención adecuada, estuve en un año con cinco o seis chicos.

De esos chicos conocí a uno que cumplía todas mis expectativas en cuanto al sexo. Nos mantuvimos aproximadamente un año siendo amigos, claro que cuando estábamos solos la amistad cambiaba para volvernos amantes. Todo se vio distorsionado cuando él empezó una relación, hablamos y quedamos en que lo mejor era quedar como amigos sin hablar sobre todo lo que había pasado.

Dicen que las mejores cosas llegan cuando menos te lo esperas, en mi caso aplicaba eso en el sexo. Una noche común y corriente me encontraba tirada en mi cama sin nada que hacer, bueno, solo escuchando música. Estaba tan aburrida que no sabía qué hacer, la basura televisiva no tenía nada entretenido, mis redes sociales ya las había visto por muchas veces en ese día, claro, la última opción era ver pornografía. Así lo hice. Preparé palomitas de mantequilla, agua de sabor, encendí mi computadora para buscar videos sexuales y darme un maratón de ellos. No tengo ni la menor idea de qué era lo que me pasaba ese día, o quizá era el día que estaba tan de flojera que de diez vídeos que vi ni uno logró excitarme. Me di por vencida y opté con la mejor opción que era irme a dormir. Al terminar de prepararme para descansar en los brazos de Morfeo el tono de mi celular interrumpió mis planes. Número desconocido. ¿Quién será? Atendí la llamada, no hablé, hasta que la voz de un varón me relajó.

• Estoy seguro que por tu mente pasó que era un secuestrador o extorsionador.
• Siempre tienes la razón. Me sorprende que después de algo de tiempo me llamaras por teléfono, dime ¿todo en orden?
•Sí, claro, todo en orden. Te llamaba porque quería platicar contigo de algo.
• Dime.
• No, solo que quiero platicártelo en persona. Si no tienes nada que hacer te veo mañana a las cinco de la tarde en el parque de siempre.
• Ok, te veo mañana. Descansa.

Después de esa conversación miles de pensamientos inundaron mi mente, no le pasó nada porque en su tonó de voz no se notó así que por esa parte no debía estar preocupada. Creo que tendré que esperar hasta mañana para averiguar de qué se trataba todo esto. Apagué el móvil, me acurruqué en la cama y dormí profundamente. Al siguiente día asistí al instituto como de costumbre con la duda sobre el tema a tratar. Al dar las cinco en punto yo estaba esperando sentada a que llegara mientras fumaba un poco.

• Quien te conoce no se imagina que fumas.
• Lo sé, es mejor que no sepan lo que realmente soy. Pero bueno, ahora sí dime que pasó, todo el día he estado pensando en lo que vas a decirme.
• Te lo diré como tal, sin rodeos como siempre. Mi novia y yo queremos tener sexo mientras alguien más nos ve, creo que eres la candidata perfecta.

Me estaba esperando una propuesta de sexo sin respeto, pero no esto. Quiero pensar que soy su candidata ideal porque en muchas ocasiones hablamos sobre fantasías sexuales que nos gustaría cumplir, algunas las efectuamos y otras solo se quedaron en la memoria. Ambos teníamos casi la misma mentalidad refiriéndonos al sexo, conectábamos tan bien en la cama, pasamos momentos increíblemente buenos. La idea de verlo montando a otra chica me da un pequeño aire de curiosidad. Me dijo exactamente como lo tenían planeado y que si terminaba en un trío no le molestaría a él ni a su novia. La idea era excitante, llena de morbo por ver cogiendo a dos personas. ¿Será mucho más excitante que una porno? ¿Tendré ganas de estar con ellos? No lo sé, si no lo hago nunca se van a aclarar mis ideas.

Estuvimos hablando durante unas semanas, al estar en semana de exámenes todo era bastante estresante, solo quería comer y dormir. En ese trascurso de tiempo yo hablaba todo el tiempo con él, nos mandábamos fotos cachondas, vídeos e incluso audios. Ya se imaginarán de qué tipo. Lo que más me encantaba de este chico era la madurez con que tomaba las cosas, siempre fuimos demasiado discretos sin que nadie sospechara de nuestra relación cogi-amigos.

TabúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora