Juan y Renata.
Dos chicos calientes, nunca han cogido, pero quieren hacerlo. No viven muy lejos, solo están a unos metros, pero a Renata le da miedo el pito bestial de Juan.
Un día los dos salieron en plan de amigos, Juan había ido a jugar futbol así que le pidió a Renata que lo acompañara a un motel a bañarse. Ella se confió que no pasaría nada.
Juan terminó de bañarse y Renata lo esperaba acostada en la cama mirando su celular.
Él se acercó a ella, la abrazó, se miraron fijamente y un beso fue el principio de lo que iba a pasar en esa habitación de motel.
• Quiero una pequeña Renatita… - La sigue besando mientras amasa sus glúteos.
Se siguieron besando, Renata se percató del bulto en el pantalón de Juan. Él tomó sus manos y las puso en su polla. Se miraban, él mordía sus labios y gemía.
• Quiero cogerte Renata.
Renata lo pensó dos veces.
• ¿Traes condones? – Fue lo primero que alcanzó a decir.
• No.
• No, entonces mejor otro día.
Renata iba a levantarse de la cama, pero Juan se lo impidió. La acorralo debajo de él, la besó y desabrochó su pantalón de mezclilla. Su mano se hundió en su ropa interior.
• Estás mojadísima, y dices que no quieres. – Dijo el chico en su oído.
Introdujo un dedo.
• Juan… - Gimió. – Oh Juan…
Ahora tiene un segundo dedo dentro de ella. La penetra suavemente con sus dedos disfrutando de los gemidos que emitía la chica.
• ¿No quieres mi polla dentro de ti?
La chica lo siguió pensando dos veces. No hubo respuesta alguna, solo gemidos de placer.
• Es que no traes condones y no quiero hacerlo sin protección. - Fue su segunda respuesta.
• Entonces chúpame la verga Renatita. – Le dice Juan.
• Pero… - Ella no quiere, algo la detiene, pero no sabe que es.
Juan la coloca sobre él, la restriega en su erección.
• Renata… - Le dice al término de un beso.
Juan aprovecha para sacarse la verga, toma sus manos de Renata y las coloca en su pene.
• Mastúrbame con esas manitas suaves que tienes.
Renata al sentir tremenda polla lo hizo, pero literalmente entre sus manos tenía la respuesta de qué era lo que le impedía coger con Juan.
• Sí, lo estás haciendo bien mi cielo. – Gime el chico.
Renata no era virgen, solo que era la primera polla que la dejaba intrigada.
• ¿Te gusta Juan? – Pregunta traviesa.
Se besan y luego responde.• Sí, sigue así por favor.
Juan y Renata masturban esa estaca, estaba palpitante, rica, caliente y la punta húmeda por el pre seminal.
• ¡No mames Renata! – Grita Juan.
La pesca con su otra mano para besarla con fuerza mientras que su semen caía en su pecho y en el brazo de la joven. Ambos se rieron un poco por lo que había pasado.
Salieron del cuarto de motel y fueron a comer tacos.
Perdieron el contacto.
Dos años después. 11:30 de la noche.
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Tabú
RandomDesde lo más profundo, los más oscuros secretos, las fantasías más alocadas y pecados imperdonables. El fruto prohibido con un toque de adrenalina la perversión reina.