III- "Frente a Frente"

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Alastor sintió un conocido cosquilleo en la nuca, era una sensación que solía tener cuando alguien clavaba la mirada en él intensamente, levantó la cabeza y recorrió los alrededores solamente para detenerse en seco,
permitiendose que Rosie lo rebasara, al encontrarse cara a cara con el motivo de sus problemas.

¿Qué hacía lucifer en la entrada del hotel? ¿Acaso lo estaba esperando?

El impulso de dar media vuelta y echarse a correr de regreso al barrio caníbal lo impulsaba por momentos y lo habría hecho si no lo viese esbozar una divertida y descarada sonrisa que casi ponía de manifiesto que sabía lo que estaba pensando, seguido de una sutil inclinación de cabeza antes de detenerse y retarlo a que fuese el ciervo quien acortase la distancia y se acercase a él, a su marido.

Esto no puede estar pasándome - murmuró para sí, apretando con
fuerza las mangas del estropeado saco antes de obligarse a dar un paso hacia delante, luego otro, retomando el ritmo. Su estómago era un saco de mariposas, los nervios lo tenían al borde mientras sus ojos se mantenían al nivel de la presencia del gobernante.

"De acuerdo, tranquilízate, seguro que está tan interesado como tú en deshacer este asunto del matrimonio, habrá hecho sus averiguaciones al igual que tú hiciste las tuyas, ¿pero cómo demonios supo que no me encontraba en el hotel?."

Buscando alguna manera de evitar el inminente encuentro, alastor trató de alcanzar a su amiga, la cual había tomado la delantera y continuaba enzarzada en aquella discusión moralista que habían mantenido
durante los últimos quince minutos, pero sabía que por más prisa que se diera, no iba a poder evitarle, su postura lo decía claramente.

Luchó por no hiperventilar mientras iba acortando la distancia hasta él.
Podía sentir la energía atrayente y al mismo tiempo aterradora del angel.
Los brillantes ojos de lucifer lo recorrieron lentamente, como si él también necesitara una confirmación visual del aspecto del demonio radio a quien estaba mirando, estaba claro que guardaba más recuerdos de él que viceversa.

Alastor tenía la ligera impresión de reconocer esa mirada seductora, de haberla visto más intensa velada por la pasión, los mechones de cabello rubio escapaban del sombrero blanco enmarcando aún mas las facciones angelicales que había contemplado dormidas antes de abandonar la habitación.

¡Mierda santa!, ¿por qué no venían los angeles exterminadores y acababan con él ahora y asi ahorrarle esté momento todavía más bochornoso?

Reuniendo todo el valor que poseía su adolorido cuerpo, el cual no era
precisamente demasiado, bajo la mirada un poco más deteniéndose a escasos dos pasos de él, sintiéndose desfallecer, si es que eso era posible.

Alastor, un placer encontrarte.

Su nombre fue dicho en un tono muy diferente al acostumbrado, era armoniosa, profunda y deleitable que le envió un escalofrío por su columna vertebral al escuchar la frase que lo acompañaba.

Su..majestad - respondió, rogando no empezar a tartamudear de un momento a otro y poder mantener esa fachada inquebrantable que siempre manifestaba. Lucifer arqueó una de sus cejas.

No, según el acta de matrimonio, ya no me puedes decir asi.- respondió él en el mismo tono.- Y es por eso que estoy aquí...

La mirada de alastor se ilumino casi con esperanza, mientras su mente formaba ya una rápida y comprensible razón a la presencia de lucifer en la entrada.

Oh, pensé que se trataba.. - murmuró Alastor, entonces sacudió la cabeza y suspiró visiblemente mientras lo veía extraer un sobre oscuro del interior de su saco blanco, creyendo que se trataba de la absolución del matrimonio- Estaba dispuesto a arreglarlo tan pronto llegase al hotel, pero si tú ya lo has hecho, es perfecto... ¿Dónde tengo que firmar su alteza?.

Ódiame Hasta Que Me Ames [Appleradio] AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora