Ódiame Hasta Que Me Ames [Appleradio] AU

XXIV-"Una Belleza Envuelta En Encaje"

🔥Parte 1🔥

Alastor se miró en el espejo de su habitación, sonriendo nerviosamente y sonrojándose de vez en cuando cada vez que contemplaba su aspecto, se había bañado y peinado para posteriormente ponerse ese sexy conjunto que lucifer había comprado en el centro comercial.

El color y el acabado de la lencería realzaba su belleza oculta, una belleza desconocida y era ajena para sí mismo, el corte, el entallado y la suavidad, algo tan delgado que solo un dedo de tela menos revelaría más de lo necesario, como una seda negra caída en capas que permitía una hipnotizante visión de su cuerpo. El encaje contrastaba perfectamente con su figura delgada pero atlética. El conjunto era provocador, pero con un toque de elegancia que aún mantenía su característico aire de sofisticación.

Por primera vez se encontraba así mismo realmente seductor, se gustaba ahora, a sí con aquella clase de diminuta ropa, y lo odiaba, Nunca antes había hecho algo así, y la idea de presentarse ante Lucifer de esa manera le provocaba una inquietud electrizante.

Frente al espejo, se tomó un momento para observarse. La imagen que reflejaba no era la del temido Demonio de la Radio, sino la de alguien dispuesto a abrirse, a mostrar un lado más vulnerable en un gesto de "agradecimiento" y... quizás... algo más... Sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas por pensar ridiculeces, y sus manos comenzaron a temblar mientras alisaba el suave encaje. Estaba nervioso.. muy nervioso...

"¿Pero que estoy haciendo?"- se reprochó.

Avergonzado por la imagen giro su mirada carmín en un intento de apasiguar su inquietó corazón, para posarla justamente sobre el bastón donde la pequeña serpiente dorada que se movía animosa y alegre, haciéndolo sonreír con su animado comportamiento. "Al menos tú te diviertes"- una ironía teniendo en cuenta quién era el ser al que fingía representar, al que había estado refiriéndose como una "plaga" desde el momento en que apareció en el hotel, cuando en realidad, era lo todo lo contrario.

Volvió nuevamente su visión en el espejo, "en verdad voy hacer esto"- una parte de él se estremeció.

¿Qué tenía lucifer que lo dejaba en ese estado tan vulnerable? ¿Se sentía extraño? Hasta podría decir que algo.. ¿Tímido?¿Vulnerable?¿Algo diferente?¿Había alguna explicación racional para todo aquello que estaba sintiendo?

No, no la hay.- se dijo a sí mismo, mientras se contemplaba.-Nada de lo que ha pasado estos días podría, ni en mil años, encajar dentro de lo que se considera racional. "¿En especial esto?"- acaricia la tela.

Con un suspiro, se dejó caer en el taburete y miró con gesto asqueado la caja de condones que le habia dado angel dust en un tono de burla tras sus últimos consejos de tres lecciones por minutos, una conversación precipitada y algo incomoda entre ambos, del cual ya ansiaba borrar de su memoria.

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El sonido de los tacones de Angel resonaba en el suelo de la habitación mientras desfilaba como si estuviera en una pasarela. Y Alastor no tuvo más remedio que verlo desde su sillón con una mezcla de curiosidad y exasperación.

"¿Estás seguro de que esto es necesario?"- preguntó con los ojos entrecerrados.

"¿Bromeas, muñeco? ¡Por supuesto que es necesario!".- Angel colocó una de sus manos en su cadera, moviendo la otra en un gesto dramático.-"Si quieres que el gran y poderoso papasito disfrute de su regalo, y darle un gustito, necesitas un poco más de... ¿cómo decirlo? Saborcito en el asunto."