VIII-"La Cena que no es Cita"

4.4K 533 351
                                    

En el restaurante el silencio y la tensión reinaban,los clientes como los empleados se encontraban nerviosos y temerosos.Y no era para menos si el mismísimo Rey del infierno se encontraba sentado en el centro del lugar.

Lucifer había pasado buena tarde en su interior, deleitándose de uno
de los mayores placeres de los pecadores, el café, después de dejar a Alastor y vigilar que llegase sin contratiempos a su habitacion se había dedicado a echar un vistazo a la ciudad y de reservar una cena de lujo para su reunión con el ex-overlord.

Si quería simpatizar con su marido, o en este caso llevarlo a la cama, por segunda vez, lo primero era conocer el terreno y si bien ya había estado anteriormente en la ciudad, tenía que confesar que no había estado demasiado interesado en sus monumentos o parques, las trivialidades de la vida cotidiana.

Dejando su tercer café sobre la mesa, dobló el periódico y consultó la hora en su reloj, faltaban cinco minutos para las diez y media. No podía dejar de preguntarse si Alastor aparecería o lo desafiaría negándose a acudir a su cita, así que minutos atrás hizo una llamada a su manzanita para que le recordara las consecuencias si surgía negativas.

Un inesperado escalofrío recorrió su espalda, sus sentidos se agudizaron y
supo sin necesidad de voltearse que alastor había entrado en al restaurante.

Lucifer se giró en su dirección captando la mirada inquisitiva en sus ojos carmines, el pelo recogido en una pequeña colita y vistiendo su característico traje rojo,Su mirada se deslizó por el café hasta posarse en él, sonriendo de anticipación permitió que Alastor cruzara todo el restaurante hasta llegar a la mesa.

Bueno, ya estoy aquí, te has salido con la tuya, ¿contento? -fue el
cálido recibimiento del ciervo. Alastor arrastró una de las sillas vacías y se
sentó frente a él.

Lucifer fingió consultar el reloj.

Llegas incluso con cinco minutos de adelanto, estoy atónito ante tanta impaciencia -le respondió recorriéndolo lentamente con la mirada, sus ojos seguían cansados, las bolsas ligeramente oscuras bajo ellos no habían disminuido pero a pesar de ello parecía algo más despejado.

¿Has podido descansar algo?

Descansaré cuando te pierda de vista, obtenga la anulación y pueda deshacerme del maldito contrato- respondió echándose hacia delante para quitarse el abrigo.

No pudo evitar sonreír ante el ímpetu que escuchó en la voz masculina de alastor.

Vienes con las pilas cargadas, cariño.-El pelirrojo se removió en la silla para quitarse el abrigo.

Te agradecería que dejes de dirigirte a mi de esa forma.- espetó sorprendiéndose a sí mismo por la inesperada animosidad en su voz.

Lucifer alzó las manos fingiendo una rendición que no pensaba presentar. Tranquilo,dulzura -lo atajó.-Baja las armas o herirás a alguien.

Alastor se limitó a girar la cabeza echando un vistazo al lugar percatandose de todos los comensales. Aquellos demonios curiosos y nerviosos que hacían todo lo posible por no devolverle la mirada.

No te preocupes por ellos.- le dijo el rubio al percatarse de su atención.- no dirán, ni mirarán. Haz de cuenta que no están.

El ciervo regreso su mirada a él, refunfuño. Se sentía de tan mal humor, lo último que quería era estar ahí.

"Espero y te atragantes con ese café."

Necesito relajarme y terminar con ésto- murmuró buscando algún camarero para pedir su consumición.

Ódiame Hasta Que Me Ames [Appleradio] AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora