Reencuentro.
Mi mini Carsten y mi rubio tienen el temperamento igual, caprichosos y posesivos como su padre, son idénticos, son muy celosos conmigo y a veces se ponen a llorar cuando ven que abrazo a Salvatore, Eric o a cualquier persona, es tan gracioso que siendo tan chiquitos quieran marcar territorio para que nadie se me acerque, solo ellos.
Mi rubio se está durmiendo, lo acuesto en el coche para que esté mas cómodo y lo dejo tranquilito, termina de dormirse solo. Chris y él son muy tranquilos, al contrario del pequeño terremoto que es mi princesita.
—Mi bebé grande quiere caminar -le digo a Chris que está parado en mi regazo y hace el intento de dar pasitos —hermoso, bebé de mami.
Me paro de la tumbona con él en brazos y me hinco en el suelo y lo paro, él da pequeños pasos hacia mi y yo grito felicitándolo y llenándolo de besos.
—Otra vez, amor de mami -digo sonriendo y agarro sus bracitos gorditos y él da pasos hacia mi.
Los trillizos casi cumplen nueve meses y no habían dado sus primeros pasos, siempre andan gateando y agarrándose de las cosas, pero no habían dado pasitos solos, el primero ha sido mi Chris. Lo abrazo y lleno su pequeño pecho de besos y sus cachetes rosaditos también.
—Mi bebé ya está aprendiendo a caminar -digo juguetona y mi bebé se ríe y agarra mi largo pelo rojo —pequeño hombrecito de mami.
Me quedo mirando sus grandes ojos y no me resisto en darle besos. Mis tres bebés son tan tiernos y esos ojos tan hermosos, no me puedo resistir a llenarlos de besos y querer comérmelos.
—Te pareces mucho a tu papi -le digo y agarro su naricita —él es muy, pero muy guapo, y tú también, ojos lindos.
Aún estoy hincada en el piso y miro la sombra de una persona detrás de mi, no me había percatado de que había alguien detrás de mi, estaba muy concentrada con Chris para poner atención a las otras personas. Y entonces llega ese olor tan familiar que me paraliza, Chris está balbuceando y yo solo lo puedo agarrar y pegarlo a mi pecho mientras me levanto aún de espaldas.
Me doy vuelta y miro desde los zapatos, subiendo por su traje que le queda a la perfección y sus manos y brazos, su cuello marcado por tatuajes, sus labios, la nariz perfilada y finalmente esos ojos que tanto adoro, Chris se mueve en mis brazos y me jala el cabello mientras yo miro los ojos de su padre, esos que extrañé y deseé ver durante estos largos meses.
Carsten.
Doy un paso atrás y me siento diminuta delante de su imponente figura, que destila un aura de frialdad por todas partes, su rostro está serio y sus ojos parecen pozos sin fondo, no expresan nada, incluso menos que la primera vez que lo vi. Rompo el contacto visual y miro hacia otro lado mientras siento su fría mirada por todo mi cuerpo y después se detienen en la personita que tengo en los brazos.
Chris mira a su padre y sonríe, aplaudiendo y balbuceando, sus ojos miran el rostro de su padre y su padre mira el de él, es como si Chris se viera de grande y Carsten de Bebé. La mirada de él recae nuevamente en mi y no ha cambiado nada. Estoy a punto de hablar cuando llega uno de mis hombres con Vale mojada y gritando, extiende sus brazos hacia mi y yo la cargo con mi brazo derecho. Ella me agarra el pelo al igual que Chris y hunde su carita en mi cuello.
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Vendida al Rey de la Mafia ©️
RomanceHadley viajó a Roma en busca de cumplir sus sueños, estudiar la carrera que anhelaba y que en su ciudad no podía hacerlo. Sin imaginarse que una organización que se dedicaba a raptar chicas para llevarlas a una casa de subasta y venderlas al mejor p...