XIII

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Su esposa.

Hadley

Me despierto y veo al pelinegro a mi lado, este me tiene abrazada y se aferra a mi cintura, intento salir de su agarre para ir al baño, pero no puedo. Me quedo mirando su hermoso rostro que parece hecho por los mismos ángeles, tiene el pelo alborotado, eso lo hace ver más hermoso y sexi de lo que ya es. Sus labios carnosos y rosados, que me provocan devorarlos cada vez que los veo.

Tu es si beau -susurro en francés.

(Eres tan hermoso)

Toco su cuello lleno de tatuajes y le doy un beso en este, le toco los labios y lo beso, me separo y veo que ha abierto los ojos. Me mira coqueto, yo le doy un poquito e intento pararme de la cama.

—¿A dónde vas? -pregunta.

—Al baño -le respondo.

Me paro y siento un pequeño dolor y ardor en mi parte, me quejo y me siento en la cama.

—¿Qué pasa? -pregunta Carsten parándose de la cama y sentándose al lado mío.

—Me duele un poco -le contesto.

—¿Qué te duele? -pregunta con una sonrisa.

Él sabe que es lo que me duele pero quiere que yo se lo diga.

—Me duele la vagina, lo sabes bien, anoche follamos como locos -le respondo.

Él se ríe y me coge en brazos, yo le grito y él se sigue riendo. Me lleva hasta el baño y me pone en la bañera mientras abre el grifo y me busca el shampoo y la esponja. Cuando me los trae se mete en la bañera conmigo y me pone encima de él. Siento su bulto debajo de mi, pero no puedo follar si no quiero que me destroce mi vagina.

Carsten me amarra el pelo en un moño, me pasa la esponja por el cuello y después por mi espalda, estira su mano y me pasa la esponja por mis senos, y después baja a mi vagina y pasa la esponja con delicadeza. Yo cierro los ojos y agarro su antebrazo, me tumbo en su pecho y dejo que el haga lo que quiera.

—La de anoche fue la mejor montada que me han dado en esta jodida vida -me susurra y me besa el cuello.

—Si, pero no vamos a follar o mi vagina acabará destrozada -le digo y él se ríe.

Después de un largo rato salimos de la bañera y vamos al vestidor, yo me pongo unos jeans y una camiseta, me coloco unos tenis y me quedo viendo al pelinegro que se está poniendo la corbata. Tiene un traje color negro y una corbata verde oscuro, se ve tan jodidamente sexi con esos trajes, me dan ganas de que me folle a cada instante.

—Ya se que te follé, pero por el bien de ese lindo y estrecho coño, no puedo hacerte mía ahora mismo. Cuando estés mejor te voy a volver a coger y le voy a dar azotes a ese lindo culo que tienes -me dice.

Tan sólo escuchar esas palabras mi vagina está palpitando y mojada, Carsten se acerca a mi y me agarra de la cintura, me besa y yo le sigo el beso, luego de unos segundos rompemos el beso y salimos de la habitación.

—Tengo que ir a una farmacia -le recuerdo.

—Vamos -me contesta.

Bajamos al comedor y nos sentamos a desayunar, después que terminamos nos paramos y salimos de la mansión. Carsten me conduce hasta su carro que resulta ser un humilde Bugatti LA VOITURE NOIRE, me abre la puerta de copiloto, yo entro al auto, él lo rodea y se sube.

Conduce hasta llegar a una farmacia, él se desmonta y yo me quedo en el auto esperándolo. Escucho mi teléfono sonar y veo un número desconocido, contesto y me llevo una sorpresa al escuchar esa voz.

Vendida al Rey de la Mafia ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora