XIX

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Los pequeños

Acabo de llegar del médico con mis pequeños y no tengo tan malas noticia, pero tampoco son buenas. El doctor prohibió rotundamente estar en lugares muy cerrados con los bebés, también me recetó medicamentos y tener nebulizadores e inhaladores para cualquier e emergencia.

Ayer tuve un ataque de pánico y hablé con mi psiquiatra acerca de todo lo que pasó y me dió algunas indicaciones para tratar de calmar mis nervios y los ataques de pánico que tenía mucho que no sufría uno.

Me pasé la noche entera pensando en lo que pasó entre Carsten y yo, y he llegado a la conclusión de que lo que pasó entre nosotros fue un error, no tuvimos tiempo de hablar sobre todo lo que ha pasado y solo nos dejamos llevar, teníamos un año y medio sin vernos, los dos nos necesitábamos, el deseo fue el que nos guió, necesitábamos sentirnos uno al otro. Desde que tenga tiempo hablaré con él y dejaremos las cosas en claro.

No estoy preparada para retomar sea lo que sea que antes teníamos, necesito tiempo para saber en verdad qué es lo que quiero para mi y mis hijos, no puedo simplemente dejar que vuelva a entrar a mi vida como si nada, hay muchas cosas por arreglar que se tomará su tiempo.

No digo que quedemos como enemigos o que no volvamos a hablar porque por más que quiera eso no va a pasar, tenemos tres hijos y estoy segura que él querrá hacer su papel de padre y formar parte de sus vidas, podemos quedar como buenos amigos, podemos hacer una tregua y llevar la fiesta en paz por el bien de nuestros hijos, al final ellos son nuestra prioridad.

Mi madre viene conmigo y tiene a Vale cargada mientras yo tengo a Chris y Bastian está dormido en el coche. Se portaron muy bien durante todo el chequeo médico, Vele como siempre fue la que más se movió de los tres, no quería que la cargaran y solo quería quedarse en el piso gateando mientras jugaba con un su osito.

Veo a Salvatore llegar en su auto al mismo tiempo que nosotras, lo llamo y él se acerca de inmediato, nos saluda con un beso y abrazo a las dos y Vale de una vez se pone contenta al ver a su tío, Salvatore la carga y le da un beso en la frente mientras juega con ella.

—¿Cómo les fue? -pregunta y le da un beso en la frente a Chris.

—Bien, solo nos recetaron algunos medicamentos, nos dieron algunas indicaciones y advertencias -le digo y caminamos hacia las grandes y lujosas escaleras del hotel.

Le paso a Chris a mamá y agarro con cuidado a Bastian para que no se despierte, dos de mis hombres agarran el coche de los bebés y los bolsos y suben en el ascensor mientras nosotros tres subimos por las escaleras con los bebés.

Mañana es la boda de Aliciya Triantafyllou, la heredera de la mafia Griega, quien es mi mejor amiga, otra de las personas que me apoyaron durante todo este tiempo. Después de tres años de relación con Apolo Raptis, uno de los hombres más poderosos de Grecia quien ama con locura a mi amiga, por fin se casarán.

Ali y Apolo quieren mucho a los trillizos, son como sus tíos. Cuando tenían apenas cuatro meses me fui a Grecia y pasé casi dos meses con los Triantafyllou, son como mi familia y los quiero mucho, me han brindado mucho amor y cariño, la calidez de una familia.

Llegamos a nuestra suite y voy directo a mi habitación, acuesto a mi rubio, mi madre y Salvatore dejan a Chris y Vale sobre la cama para después darles de comer, luego de unos minutos se quedan dormidos. Me despojo de mi ropa, entro al baño para ducharme y salgo luego de un largo rato relajándome en la bañera. Ali y Apolo me han invitado a comer a un restaurante a la orilla de la playa, comienzo a vestirme y luego me pongo un poco de maquillaje.

Vendida al Rey de la Mafia ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora