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La despedida de soltera

Ya son las nueve de la noche y los bebés se han quedado dormidos, Carsten se fue hace unos minutos y yo me estoy vistiendo para ir a la despedida de soltera de Ali, que va a ser en un bar que queda frente a la playa.

Termino de arreglarme, salgo de la habitación y mi mamá está en la sala de estar, se quedará con los bebés esta noche, la nana de ellos no pudo venir con nosotros y mi mamá no quiso que buscara otra niñera, aunque me negué ella insistió en cuidarlos.

Me despido de ella y salgo de la suite, veo que el ascensor en el que nos quedamos encerrados está fuera de servicio y tiene un anuncio pegado, el otro está perfecto pero opto por bajar las escaleras.

Salgo del hotel y ahí me espera Will, mi jefe de seguridad desde hace un año. Me abre la puerta del auto y entro a este, Will se pone al volante y después de unos minutos llegamos al bar.

Me bajo del auto y voy hasta la entrada del lugar donde hay dos seguridades, quienes me ceden el paso de una vez. Mis hombres se quedan fuera y yo entro al lugar, me dirijo hacia la zona VIP, escucho dos gritos cuando entro que son muy conocidos y lo siguiente que siento son dos personas abrazándome.

—Ustedes son muy pequeñas para estar aquí -les digo en forma de reproche pero les devuelvo el abrazo y les doy besos.

—Mamá nos dejó venir y dijo que no tomáramos alcohol -dice Delia Triantafyllou.

—Aunque le rogamos mucho a papá para que nos dejara venir -esta vez es Denis Triantafyllou quien habla.

Delia y Denis son gemelas, las hijas pequeñas de los Triantafyllou, tienen 18 años, recién cumplidos.

—Más les vale que ni prueben alcohol que yo misma me encargo de que las castiguen -les digo —DD's, acaban de cumplir 18, están muy pequeñas, ni se les ocurra beber algo que no sea agua o soda.

—Está bien -responden las dos al unísono y vuelven a abrazarme.

—¿Hadley? -mi cuerpo se congela al escuchar esa voz.

—Brenda... -respondo en un susurro que casi no se logra oír.

—¿Donde habías estado? Mi hermano te ha buscado durante todo este tiempo -dice como si no creyera que yo estuviera aquí.

Las gemelas abren los ojos como dos platos y se miran entre ellas y luego me miran a mi, veo a un par de metros que a Aliciya casi se le salen los ojos al vernos y se dirige hacia acá.

—Me alegra mucho que estés bien -dice sonriendo y me abraza sin yo esperármelo.

Correspondo el abrazo y luego de unos segundos nos separamos, Brenda ha cambiado un poco, su cabello negro le llega hasta los hombros y está un poco más delgada que la última vez que la vi, se ve súper hermosa, es igualita a su madre.

—¿Qué ha sido de tu vida todo este tiempo? -pregunta entusiasmada.

—Eh, bueno, han pasado muchas cosas -respondo sin saber que decir, pero justo a tiempo llega mi salvavidas.

—Had, llegaste, te estábamos esperando -dice Ali y me da un abrazo —perdonen por interrumpir pero necesitamos que vengan.

Seguimos a Ali y llegamos hasta donde hay una plataforma redonda con un tuvo en el medio y está rodeada de sillas. Hay música y algunas otras chicas, también está la novia de Alex Morreli, el líder de la mafia italiana. Nos sentamos y unos meseros nos traen bebidas. Después de unas dos horas hablando, bebiendo y bailando al ritmo de la música que suena por todo el lugar, se apagan las luces de repente.

Vendida al Rey de la Mafia ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora