Amor Prohibido ( Elijah Mikaelson )

25

Narra Elijah

Ayude a Sophie a que no muriera en manos de los vampiros de Marcel.

- Soy Elijah, ¿Haz oído de mi?
- Si.
- Porque no me cuentas que se trae tu familia con mi hermano.

Y me llevo al cementerio, pero había una barrera.

- Esta es tierra Santa, los vampiros tienen que ser invitados, pasa, solo porque estoy desesperada, aquí podemos hablar.
- Entonces sugiero que lo hagas, ¿Qué quería tu hermana con Niklaus?
- No es obvio, hay un problema de vampiros y necesitamos ayuda Marcel tiene un ejército para cuidarlo, hay una licántropo que llegó aquí desde una ciudad en Virginia tenía una especial conexión con tu hermano.
- ¿Qué clase de conexión?
- Digamos que pasaron un tiempo juntos una cosa llegó a la otra y ahora la licántropo está embarazada y el padre del niño que lleva es tu hermano Klaus.
- Es imposible.
- No lo es en especial cuando se trata de tu hermano.
- Tráela aquí.
- ¿Quién rayos eres?

Toda la noche me la pasé intentando convencer a Klaus de que Hayley está embarazada de él, hasta que lo hice, al día siguiente fui por Allison.

Narra Allison

Desperté y Elijah estaba en el sofá.

- Buen día.
- Buenos días - me beso- vamos a casa, arregla tus cosas.
- De acuerdo.

20 minutos después íbamos en el auto en silencio.

- Anoche llame y a los chicos.
- ¿No saben que estamos aquí o si?
- Al parecer si, Katherine les dijo que ustedes 2 están aquí pero no saben que estoy contigo.
- Klaus tampoco sabe que estás aquí, de hecho iré a Mystic Falls por Rebekah, si quieres ir....
- No lo sé, ya me despedí de todos.
- Bueno entonces yo iré y te dejaré en la casa.

Narra Elijah

Al día siguiente llegué a Mystic Falls en busca de Rebekah pero no quería ceder.

- ¿Estás loco? ¿Pretendes que empaque mis cosas y vaya con ustedes? ¿Qué olvidé mi vida y también la cura?
- Eso era una estupidez abrías renunciado a lo que tienes, ¿para que?¿Bailes estúpidos?
- Quería ser humana, quería hijos y familia.
- Y aquí me tienes ofreciéndote ambos.
- ¿Y sino es lo que quiero? Una daga al corazón y un ataúd.
- Ya te lo pedí tu familia te necesita, la decisión que tomes es tuya.
- No le debo nada no deseo su gozo ni amor yo me quedo a vivir como quiera y si eres listo tú también lo harás.

Iba a ir detrás de ella pero Katherine apareció.

- Tiene razón, piensa bien Elijah Klaus está rabioso más allá de la redención que nunca déjalo seguir con su aventura y tu y yo vivamos lo nuestro.
- Ya no hay un nosotros.
- Lo lamento pero no.

3 días después

Llegamos a una casa demasiado grande.

- Dios es hermosa.
- Hay que entrar.

Entramos y ahí había una chica castaña, cuando se giró no lo podía creer.

- ¿Allison?
- ¿Hayley?

Fui y la abracé.

- ¿Qué haces aquí? - pregunté.
- Estoy embarazada de Klaus, y Elijah me trajo aquí.
- Oh por dios.
- ¿Qué bueno que se conocen?
- Somos amigas.

Comenzamos a quitar las mantas de los muebles.

- Este lugar es tan antiguo.
- Lo sé, me gusta me recuerda a casa.
- ¿Y porque estás con Elijah?
- Pues digamos que el destino, nos tiene así, lo conocí hace un par de años y estamos destinados a estar juntos para toda la eternidad.
- ¿Y qué tienes que hacer para que eso pase?
- Beber de su sangre, lo cual no e hecho.
- ¿Están bien chicas?
- Es una linda casa - dijo.
- Si servirá para nuestros propósitos, es un santuario para los asuntos en la ciudad, ahora eres parte de esta familia y tenemos que proteger.
- ¿Para eso me trajiste aquí?
- Si, ella necesita a alguien de confianza.
- ¿Alguna vez en todo este tiempo te han preguntado cómo te sientes? - pregunté.
- Sobre tener un bebé milagroso porque pasé la noche con un psicótico.
- Jaja, lo siento.
- ¿Sobre ser madre?
- Yo...  a mi me abandonaron cuando nací y mis padres adoptivos me echaron cuando active mi maldición, así que no siento en realidad que es ser madre, porque jamás tuve a alguna.
- Tranquila - la abracé- me tienes a mí y yo seré tu mamá.
- Pero eres más joven que yo.
- Linda tengo 170 años, así que yo seré tu mamá.
- Siempre te protegeremos, tienes mi palabra.

En eso entra Klaus.

- El noble Elijah siempre cumple su palabra.
- ¿Qué haces aquí? - pregunté.
- Que gusto verte pequeña Salvatore.
- Klaus.
- ¿Qué pasó con Marcel?
- Aceptó, todo está bien.

Continuará...