Una gota, dos gotas, tres gotas.
Lluvia. Como odio la lluvia. Pensó la rubia de grandes ojos verdes, de rostro lindo y cuerpo sensual, más alma podrida. Abrió su paraguas y comenzó a caminar hasta llegar a la parada del autobús, donde ya había un hombre joven sentado, con un paraguas y leyendo. La rubia siguió caminando con paso seguro, sin vacilar ni un segundo. Un auto pasó e ilumino al hombre, dejando que ella pudiera apreciar al joven de unos veintisiete años, de piel semi tostada y cabello oscuro. Los pasos de la joven alertaron al hombre quien la miro de reojo, mas no dijo palabra. La rubia se sentó a su costado y cruzó las piernas subiendo involuntariamente su vestido carmesí.
–"¿Por qué no me dijiste que era peligroso? ¿Por qué no me lo advertiste? Las mujeres saben de lo que tienen que protegerse porque leen novelas que les cuentan cómo hacerlo..." ¿No es un poco tarde para que una jovencita como vos ande sola por la noche?– preguntó el hombre, con voz gruesa y peligrosa, pero no lo suficiente.
–Tess, la de los d'Urberville.– susurró la rubia con una sonrisa ladeada. El hombre giró la cabeza para mirarla, una sonrisa sádica apareció en su rostro inundado por la malacia.
–¿Qué es lo que te causa tanta gracia?– preguntó. –¿Acaso no tienes idea de lo que voy hacer?– su tono, más peligroso que el de antes, seguía sin ser suficiente para intimidar a la joven rubia.
–No se acerca a lo que yo tengo planeado.– susurró y un disparo ahuyentó al cuervo que los estaba espiando.

ESTÁS LEYENDO
Escritos
Random(Anteriormente se llamaba "Mis Pensamiento o Intentos de Poemas"). #532 en Poesía 02/02/17 #483 en Poesía 07/02/17 #182 en Poesía 11/02/17 #119 en Poesía 16/02/17 #96 en Poesía 21/02/17 #74 en Poesía 23/02/17 No doy más, no sé com...