Mis clases favoritas siempre fueron las de Astronomía, adoraba utilizar el telescopio, y mi profesor era muy culto y entendido en el tema. Me pasaba horas hablándole a mis padres sobre el cosmos, y creo que los aburría un poco, aunque eran bastante gentiles fingiendo interés.
Ese día era especialmente emocionante, nos llevarían de excursión al observatorio local, y utilizaríamos por primera vez un telescopio reflector, de esos que utilizan los mismos astrónomos.
—¡Vaya! Sí que estás emocionada—exclamó mi padre. —Ha de ser un día especial.
—Por supuesto que lo es, además cualquiera haría lo mismo en mi lugar, después de todo, el día es muy corto.
Desayuné y mi padre me llevó al punto de reunión con mis demás compañeros, cuando llegamos al observatorio, el profesor nos explicó que Júpiter no es el único planeta del sistema solar, y que ese día observaríamos uno especialmente extraño.
Por turnos nos fuimos acercando al telescopio, las ansias eran más fuertes que yo pero pude controlarme. Entonces me asomé, el planeta era sólido, como si estuviese formado por un material diferente al gas. Era casi azul por completo, aunque también tenía algo de verde. El profesor explicó que estaba habitado por peligrosas criaturas, y que estaba destinado a la autodestrucción.
Al llegar a casa, comencé a investigar al respecto, ¿cómo podía ser que las criaturas destruyan su propio hogar? En cuanto les expliqué eso a mis padres, quedaron en silencio, como si hubiese dicho algo prohibido.
—No hablamos de ellos desde el "encuentro" del cincuenta y seis—exclamó mi hermano mayor con indiferencia.
Mi padre se sobresaltó, dejando caer el tenedor con agresividad, y mi madre regañó a mi hermano.
—¿Qué encuentro?—quise saber. Mi madre suspiró, sujetando el brazo de mi padre, quien pareció resignado ante la idea de explicarme.
—En el año 2056, un satélite artificial terrestre se acercó demasiado a la órbita de nuestro planeta—explicó sirviendo agua en su vaso—Te imaginarás lo que eso provocó. Así fue cómo nos enteramos de que existían seres con cierto nivel intelectual en otros planetas también.
—¿Como acá?
—Similar. —Suspiró. —Las autoridades creyeron que sería buena idea establecer contacto con ellos, y prepararon una expedición al planeta.
—¿Qué sucedió?
—Sólo uno de los ocho miembros regresó con vida.
—¿Y los demás?
—El sobreviviente explicó a la prensa que los...las criaturas de allí los tomaron como rehenes y los exhibieron como bestias, los examinaron sin ningún tipo de vergüenza y al final...los asesinaron.
—Eso es horrible.
—Lo es, entonces cortamos todo tipo de contacto con ese planeta.
—¿Qué criaturas son esas?
Mi padre se tomó un momento, cuestionándose a sí mismo si yo estaba preparada para saberlo.
—Son lampiños en su mayoría, se dividen por sectores donde hablan diferentes lenguas, utilizan diferentes ropas, abusan de las demás especies e incluso se exterminan entre sí.
—Papá, ¿qué criaturas son?—insistí, para investigar al respecto necesitaría el nombre específico.
—Se hacen llamar... humanos.
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Yo en treinta capítulos
RandomAquí les compartiré mis textos correspondientes a un reto de escritura diario. Una vez publicados no tendrán edición, ya que me parece que esa es la gracia, dejar que fluya y de esa manera escribir a diario, no solo para mejorar mi técnica sino que...