Una estafa

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Perla y Dody eran madre e hija. Habían tenido la suerte de vivir en un sector acomodado, bajo todos los lujos y privilegios que se les antojasen, pero su vida dio un giro el día que decidieron comprar un billete de lotería.
Jamás se les cruzó por la mente que quienes estaban detrás de el supuesto millonario premio eran nada más y nada menos que Jamón y Leia, dos de los estafadores más hábiles y poderosos. Por supuesto aquellos no eran sus nombres reales, pero eran los seudónimos bajo los cuales se hicieron conocidos en el mundo del crimen.
El día que llegaron al minimercado, Perla no estaba del todo convencida, y no le gustaba nada que el billete fuese tan caro, pero Dody la incitó.
—Vamos, mamá, el costo aumentó porque los números serán revelados en pocos días, tiene sentido para mí.
—Bueno, si tú lo dices...
Nacha era la dependiente, quien les vendió el billete de lotería. Los números escogidos fueron 29, 6, 12, 4 y 22.
Nacha esbozó una sonrisa extraña, que a Perla no le dio nada de confianza, pero Dody se veía realmente entusiasmada.
Algunos días después, ambas estaban atentas al televisor, expectantes ante el anuncio de los números ganadores.
—En otras noticias, el esperado juego de Lotería de este año ha sido dirigido por reconodias figuras de la televisión, Chito y Kira, y hoy se anunciará los números ganadores.—Dody y Perla estaban al borde del sillón, con los ojos muy abiertos, atentas a cada palabra del presentador. —Veintinueve, seis, doce, cuatro...—Las chicas se abrazaron, temblando de ansiedad. —Y veintidós. Felicidades a los ganadores.
Madre e hija se miraron sin creer lo que oían.
—¿Ganamos?—preguntó Perla casi en un susurro.
—¡Ganamos! —exclamó Dody, dando saltitos de emoción.
Rápidamente corrieron al minimercado a cobrar el dinero, tan veloces como podían sus piernas, pero la enorme fila de gente y la que seguía llegando las confundió. Todas reclamaban tener el billete ganador.
Se escabulleron entre el tumulto, aunque la policía hacía lo posible por evitarlo. Entonces vieron cómo dos personas que reconocieron fácilmente subían a un escenario improvisado.
—Eh, sí, hola...—el chico rubio apenas se oía entre el ruido de la gente. —Disculpen, amigos...
—¡Silencio! —la chica más alta y corpulenta que él captó la atención de todos.
—Gracias, Kira—le agradeció el chico.—Hola, soy Chito, y junto a Kira hemos decidido venir a aclarar esta confusión. —Los murmullos volvieron. Dody y Perla estiraban sus cuellos todo lo que podían, intentando ver mejor a los famosos modelos. —Este año ni ella ni yo hemos organizado ningún tipo de lotería.
—No, no, no—Kira negaba con la cabeza. —Nada de eso.
—¿Entonces qué pasará con nuestro dinero?—gritó alguien.
—Bueno, respecto a eso...—Chito volteó a ver a su compañera, quien se encogió de hombros. —La policía iniciará una investigación al respecto.
Algunos días después, tal y como Chito anunció, la policía comenzó a investigar, y la sorpresa fue grande cuando descubrieron que Nacha estaba demasiado ajena al tema, aun siendo ella quien vendió todos esos billetes.
Dody y Perla estaban destrozadas, no sólo habían perdido dinero, sino que habían quedado vulnerables.
Tras extensas investigaciones, recopilación de pistas y entrevistas policíacas, salió a la luz la verdad tras lo ocurrido.
—Noticias de último minuto: se han descubierto los ladrones de la lotería. —No sólo Dody y Perla estaban desesperadas por saber la noticia, cientos de ciudadanos habían puesto toda su atención en el televisor. —Los famosos criminales, Leia y Jamón han estafado a cientos de personas, utilizando la falsa identidad de los modelos Chito y Kira.
—¡Oh, Dios mío!
—Además, se ha descubierto que Nacha, la dependienta de la tienda, era su cómplice. —Tanto Dody como Perla se llevaron una mano a la boca, cubriendo su asombro. —Ha sido detenida y será formalizada. La policía ha perdido por completo el rastro de los criminales, pero esperan que la cómplice decida colaborar.
—¿Y el dinero?—preguntó Perla, como si el televisor le fuese a contestar.
—El alcalde, el señor Pirata ha tomado medidas. ¿Señor Pirata?
—Así es—afirmó el anciano. —Estos criminales no quedarán impunes, trabajaremos por ello.
Al final, Jamón y Leia huyeron con el inmenso botín, Nacha fue liberada tras el juicio y Perla y Dody quedaron devastadas. Pero sus salvadores, Kira y Chito repusieron a las víctimas el dinero perdido, ganando aún más admiración y cariño de parte de sus fans.
¿Es esto un final feliz? Yo digo sí, sobre todo para Jamón y Leia, que disfrutaron hasta la última moneda.

Yo en treinta capítulosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora