No quería despertarme. Tenía mucho sueño. Tanto que, durante el trayecto en tren hasta el aeropuerto, me dormí un par de veces. ¡Ostras! Se me olvidaba. Me llamo Valeria García Romero. Tengo 14 años y soy de España. Habrá que describirse, ¿no? Bueno...soy de estatura mediana y tengo los ojos cobalto. Para quien no lo sepa, quiere decir que mis ojos son de color azul brillante e intenso. Mi pelo es negro. Pero, negro, negro. Nada de confundirlo con otros colores, ¿de acuerdo? Y no suelo sacar fácilmente mi vena cómica.
- Valeria, despierta.
Preguntareis de quién es esa voz que interrumpe mi plácido sueño. pues es mi madre. Tal vez, no sé, os preguntéis en un pequeño recoveco de vuestra mente para qué. Pues, sinceramente, no tiene mucho misterio. Para algo será el aeropuerto. Claramente, no está ahí precisamente de florero, ¿verdad? Ahora en serio, tengo miedo. Jamás he pasado tanto miedo. He sobrevivido a una enfermedad que no tiene nombre y me ha mantenido al borde de la muerte, a perder recientemente a mi prima y, ahora, tengo miedo de alejarme de España. Estudiaba en el Instituto Diamond y jugué en su equipo, el Omega Alfa, como capitana y defensa. Era feliz con toda mi vida aquí y, mira por donde, el trabajo de mis padres se traslada a JAPÓN. Nada menos que al archipiélago de Japón.
Despierta, me levanté del asiento del tren y me dirigí a la puerta que me aleja de mi patria. Subí los escalones de aquel artefacto y me acomodé en mi asiento. Miraba hacia afuera queriendo que aquella imagen no se borrase jamás de la retina. Lo bueno, que el idioma ya lo tengo aprendido. Lo malo, adiós vida, amigos, familia, mis planes... Paro por no echarme a llorar. No tengo que nada que hacer y paso el rato leyendo. Un rato no precisamente corto. Más de 15h de vuelo con escala en Ámsterdam. ¡Qué pesadez, santo cielo! Aterrizamos por fin y estuve a punto de besar el suelo. No penséis que tengo miedo a volar, pero el aburrimiento en el armatoste me puede. Cogimos un taxi y, sin más dilación, lleguemos a nuestro nuevo hogar en la ciudad.
La casa era amplia. Con un jardín y grandes ventanales. Era una típica casa tradicional de puertas correderas a las que me costaría acostumbrarme. En mi habitación tenía un armario amplio, varias estanterías, una cama y un escritorio en la misma pared que una ventana. Ordené mis cosas y me preparé para mi nuevo instituto y mi nueva vida.
~*~
La versión original y la arreglada ya tienen el prólogo publicado.
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El amor de rubí. Parte 1.Vivir
ФанфикValeria García Romero es una chica de 14 años que, por el trabajo de sus padres, abandona su España natal para embarcar en un vuelo al archipiélago de Japón. Allí conocerá a personas diversas y vivirá más de una mala situación que deberá superar con...