Estoy segura de que estábamos más motivados que nunca y Gouenji ya se había recuperado. Así que sus muletas estaban el desván acumulando polvo. Shuuya y yo no fuimos después del entrene al Rairaiken. Hoy íbamos a la biblioteca a estudiar pues había examen de álgebra y necesitábamos repasar. Y, de paso, cogí un libro en francés. Cogí "Le Grimoire au Rubis" de Beatrice Bottet.
- Interesante.-dijo el chico.
- Ya lo leí. Pero en español. Hay tres partes: El secreto de los búhos, El sortilegio del gato y El canto de los lobos.-dije enumerando con los dedos.
- Tal vez, lo lea.
- Yo los tengo en español. Te los prestaré. ¿Qué tal el libro?
- ¡Increíble! No pensé que fuese tan bueno.-Le lancé una mirada irónica- Vale, lo reconozco, los libros que me prestas son buenos.
Me quedé satisfecha después del comentario. Luego, volvimos a nuestras casas charlando animadamente.
- Aquí te quedas tú. Hasta mañana.
- Adiós.
A la mañana siguiente estaba inquieta y Aki lo notó. Se acercó a mi.
- ¿Qué te pasa?
- ¡Ah!- grité- Me has asustado, Aki. No te había oído.-dije recuperándome del susto.
- Lo siento mucho. Pareces intranquila.
- Es que no se siento que va ha pasar algo malo.
- Tranquilízate.-me dijo poniéndome una mano en el hombro.- No pasará nada.
- Eso espero.
Salí de clase con Shuuya y se lo conté todo. Pensé que contestaría lo mismo que Aki pero no fue así.
- Yo siento eso también. Es como si hubiese un conspiración en nuestra contra.
- Yo no estoy segura.-dije mirando el suelo.
- Será mejor que no pensemos en eso ahora. Vamos a entrenar.
En el entrenamiento de resistencia que hicimos me fijé en que, por primera vez, Domon dejó de entrenar y se alejó del grupo. Aceleré hasta ponerme a la altura de Gouenji.
- ¿Lo has visto tú también?-le pregunté al oído y él asintió.
- Hablamos en el descanso. No quiero que nos oigan y se preocupen.
¿Es qué acaso somos los únicos que lo percibimos? No podía ser. De Endou, con lo confiado que es no me extraña. Pero, ¿y Kazemaru o Someoka?¿Ellos tampoco se han dado cuenta. Conseguimos el Gurenēdo Shotto (Chut Granada) y el Rōringu Kikku (Disparo rodante). Domon Asuka quien en los días anteriores parecía taciturno, hoy estaba feliz y lleno de energía. Miré a la banda y vi al sr. Suguru Fuyukai. No solía venir. Intercambié una mirada con Shuuya. Algo malo pasaba. Luego, llegó Natsumi y le pidió que condujese el autocar del equipo para comprobar que todo estaba en orden. Él se puso nervioso y todo fuimos a ver la prueba.
- Quiero que lo arranqué y lo pare.-dijo ella.
- De acuerdo. -dijo tragando saliva y giró la llave.-Que raro, no funciona. Se habrá acabado la bate...
- ¡Deje de hacer el tonto!
- Ya voy. -dijo girando la llave, esta vez con efecto.
El autobús arrancó y Natsumi le azuzaba para que sacara el vehículo. Pero el no lo hizo avanzar ni un centímetro.
- ¿Qué sucede?
- No puedo.-dijo apoyando la cabeza en el volante ante nuestra atenta mirada.
- ¿Por qué?
- Porque no puedo.
Entonces, ella sacó una carta de su bolsillo mostrándonosla.
- En este anónimo, se explica con todo detalle que un profesor ha echo algo imperdonable. ¿No será que no se atreve a moverlo porque le ha echo algo que lo hace un peligro como dice esta carta?-dijo seriamente.
Se hizo el silencio y Gouenji y yo nos miremos. No nos habíamos equivocado. Ahora solo quería agradecer a Natsumi y al escritor del anónimo que nos hubiesen salvado.
- Deme una respuesta.-exigió la chica.
Entre risas se despasó el cinturón de seguridad, bajó y se dirigió a nosotros algunos, aún, con la sorpresa en el cuerpo.
- Sí. He sido yo. Yo corté los frenos.
- ¿Cómo ha podido?- preguntó el capitán.- ¿Para qué?
- Para que no lleguéis a la final. Hay personas que se habrían llevado un disgusto si os viesen allí. Yo lo he echo para que no se lo lleven.
- El entrenador de la Teikoku.-dijo Guoenji.- ¿En serio no le importa lo que les pase a sus alumnos con tal de obedecerle?
- ¿Qué clase de monstruo es? No puedo creer que esté dispuesto a llegar tan lejos.- dije sin miedo.-Suponíamos que aquí pasaba algo y, mira por dónde, no nos equivoquemos.
- ¿Os habíais dado cuenta?- preguntaron y nosotros asentimos.
- No os lo toméis así. No sabéis de lo que es capaz.
- Ni lo se, ni quiero saberlo.-le espetó el delantero.
- Este instituto no necesita un profesor como usted. Considérelo una orden del presidente de la Junta Escolar y márchese.- dijo Natsumi.
- ¿Estoy despedido? Bien, no importa. Me alegro. Ya estaba harto de esto.-dijo.-Pero, os advierto que, no soy el único. No es cierto, Domon. Si me disculpáis.
Todos nos giremos hacia él. Gouenji lo había sabido pero quise confiar en nuestro compañero. Ahora, veía que había tenido suerte de no haber tratado con él.
- ¿Así que él también es un espía?-preguntó Kurimatsu
- ¿Cómo es posible?- dijo Someoka.
- Así que eres un traidor, Domon. -comentó Kabeyama.
- No digáis tonterías.- intervino Endou.- ¿No ha jugado todo este tiempo con nosotros?¿Cómo podéis desconfiar de un amigo? Yo confío en él plenamente.
- Endou, si te digo la verdad, la confianza es como un hilo cuando la rompes aun haciendo un nudo, si se vuelve a tensar demasiado, se romperá de nuevo. Yo quiero creer que podré volver a fiarme de él pero siempre habrá recelo en mis actos. Lo siento, Domon.
- Ha dicho la verdad.-dijo él.- Fuyukai, no ha mentido. Lo siento.-dijo corriendo.
- Mirad el anónimo.-dijo Natsumi.
- Es la letra de Domon.-dijo Endou.
Todos lo comentaban y vi a Aki que no podía creer lo que había pasado. Todos salimos a buscarle en busca de respuestas. Pronto lleguemos Natsumi, Gouenji y yo a la ribera del rio donde vimos a Endou y a Dmon jugar.
- Se no ha adelantado.-dijo Shuuya.
- Ya lo creo. - le respondí.
- Así que ya lo sabíais. - comentó la chica.
- Sí. Me di cuenta pero, Endou se dio cuenta de la pasión que tenía.
Al día siguiente, nos reunimos todos en el club.
- Sin ese entrenador el aire parece más limpio.-dijo Kabeyama.
- Has estado genial a la hora de echarle.-felicitó Kazemaru.
- Qué estilo.-contrastó Shorinji- !Qué nivel¡
- Sí,- apuntó Aki- !menudo estilo¡
Y así siguieron un rato más y ella se sentía de lo más a gusto. Pero teníamos un buen problema. Sin entrenador, no hay partido.
- ¿¡Cómo!?¿Tú lo sabías?- le preguntó a la gerente.
- Claro. Por eso os ordeno que busquéis uno. Tomadlo como una orden del presidente de la Junta Escolar. Daos prisa.
Próxima misión: Encontrar entrenador y, la verdad, no nos sobra el tiempo.
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El amor de rubí. Parte 1.Vivir
FanfictionValeria García Romero es una chica de 14 años que, por el trabajo de sus padres, abandona su España natal para embarcar en un vuelo al archipiélago de Japón. Allí conocerá a personas diversas y vivirá más de una mala situación que deberá superar con...