Todos estábamos reunidos aquella mañana en la caseta del club pues debíamos encontrar un entrenador y aún no habíamos empezado. Gouenji y yo estábamos sentados sobre las ruedas pensando entrenadores posibles. Kazemaru daba vueltas por la sala diciendo los nombres que se le ocurrían.
- Debemos salir a buscar el entrenador. No podemos permitir que nos echen a estas alturas. Chicos, todos a buscar.- dijo Endou animado.
- Podría ser alguien del instituto- propuso Kabeyama.
- Pues que lo pida la señorita Raimon, que es la que empezó todo esto.-dijo malhumorado Ryuugo.- Si fue ella la que le despidió por su cuenta y riesgo, ha dde ser ella la que tome la responsabilidad.
Muchos de los jugadores aplaudieron. Yo estaba en parte de acuerdo, pero no creo que cargarla a ella con todo el problema sea buena idea. Debemos colaborar todos y la tarea será menos ardua.
-¿Creéis que con el sr. Fuyukai habríais llegado a jugar el partido?- preguntó ella impasible y con una media sonrisa.
- Técnicamente, se puede decir que ha sido imprudente.-dijo Kakeru.- Mejor despedirle cuando ya tuviésemos entrenador.
- Parad.- intervino el capitán- Ya no sirve de nada hacer reproches. Ahora debemos esforzarnos en encontrar un entrenador.
-Pero eso no quiere decir que sea cualquiera.-terció Kazemaru.-Alguien que nos ayude a ganar.
Endou retrocedió varios pasos mirando al suelo.
- ¿Y cómo se supone que vamos a encontrarlo?-preguntó Endou alterado.
- Mi madre podría.-dije.- Pero está ocupada con un proyecto de un nuevo prototipo de avión mercantil y está muy ocupada.
- ¿Puedes preguntarle?-preguntó Endou con los ojos brillantes.
- Creo que si. Pero, por si acaso, busquemos.
- Sí.-dijo Gouenji.- El dueño del restaurante de fideos conocía a tu abuelo, ¿no, Endou?
- Claro.
Yo llamé a mi madre quien cogió el teléfono rápidamente.
- Valeria, ¿qué pasa?
-Quería preguntarte si, por algún casual, podías hacer de nuestra entrenadora.- pregunté mordiéndome las uñas.
- ¿Cómo? ¿Y vuestro entrenador?
- Expulsado por espía.- dije con toda la tranquilidad que pude intercambiando una mirada con Gouenji.
- Eso es grave,-asintió- pero lo siento. No puedo. Sabes que estoy hasta los topes de trabajo. Tal vez, pudiese ir un día o dos, pero no serviría de nada.
- No pasa nada, mamá.- dije.-Gracias.
- Si que quería ayudar.-dijo tristemente.
- Ya te lo he dicho. No importa. Estás muy liada. Hasta la noche.
- Adiós. Ah, y dile a Gouenji que si quiere venir a cenar está invitado.
- De acuerdo.-dije riendo y colgando.
Todos se acercaron en corro rodeándome haciéndome sentir como si estuviese atrapada.
- Me ha dicho que quiere ayudar.-todos empezaron a tener esperanzas.-Pero, está muy liada y no podría venir todos los días.
- Oh.-dijeron todos.
- Gouenji, dice mi madre que si quieres venir a cenar estás invitado.
- Vale.-dijo riendo.
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El amor de rubí. Parte 1.Vivir
Fiksi PenggemarValeria García Romero es una chica de 14 años que, por el trabajo de sus padres, abandona su España natal para embarcar en un vuelo al archipiélago de Japón. Allí conocerá a personas diversas y vivirá más de una mala situación que deberá superar con...