- Así que, después de todo, nos toca contra la Kidokawa Seishuu en las semifinales.-dijo Endou casi con resignación.
- Yo también me sentiría si me trasladaran a otro instituto, me uniera a su equipo de fútbol y, luego, tuviese que enfrentarme al Raimon.-trató de animarle Someoka.
- Lo que menos importa es nuestro rival el fútbol es fútbol y ya está. -contestó levantándose de la silla.
- Es verdad, el fútbol es fútbol.
Le miré desde el otro lado de la sede sabiendo que no era, precisamente, eso lo que pensaba. Cuando le detuve la tarde anterior en busca de respuestas, fuimos un rato a la ribera del rio. Recuerdo que se me abrazó y vi como recordaba lo mal que lo había pasado el año anterior. Recuerdo sus lágrimas empapar la camisa de mi uniforme, sus palabras entrecortadas por sollozos y como una lágrima se deslizaba por mi mejilla pues, aquello, también me desbordaba a mi.
- ¿Te pasa algo?-preguntó Kidou.
- No es nada.
Una lágrima se había mostrado mientras lo recordaba con la mirada perdida y creo que, el ex-capitán de la Teikoku, no se lo había creído.
Empecemos a dar vueltas corriendo al rededor del campo y yo di un acelerón para ponerme a la altura de Gouenji. Me miró tristemente de reojo y siguió corriendo sin articular palabra.
- Sabes perfectamente que no creo nada de lo que le has dicho al capitán y tú, tampoco.-le dije.
- Mientras que no les preocupe por mi estado, está bien.-me respondió.- Solamente necesito hablar con las personas que entienden esto. Y tú, lo haces.
- Se perfectamente lo que te pasa por la cabeza. Pero, te recuerdo, que tú tenías buenas razones.- y añadí susurrando- Yo por egoísmo.
El chico se detuvo repentinamente mirándome a los ojos seriamente. Dio un paso hacia mi, que me había rezagado y me habló con un tono serio.
- No lo has echo por egoísmo, lo has echo para buscar una manera de protegerles.
- ¡Y tú que sabrás?-le espeté.- ¡Tú lo hiciste por una buena razón y les abandoné a su suerte!
Tomé aire enfadada y con los ojos brillantes. Me sentía horrible por haber abandonado a mis compañeros y, ahora, peor por haberle gritado. Sabía que todos nos miraban pero me daba igual. Le había contado mi realidad, aunque él parecía no comprenderla.
- Jamás has sido egoísta desde que te conozco y jamás lo serás, porque no está en tu naturaleza serlo.-respondió volviéndose y siguiendo con su camino.
Odio sentirme así. Tan débil, tan estúpida, tan... sola. Estaba sola en medio de un montón de gente. Nadie me entendía en esos momentos. Seguí corriendo a diez metros del delantero de fuego pero no traté de alcanzarle. Durante el descanso, me quedé al lado de Kidou. No me apetecía mucho acercarme a Gouenji a pesar de no separarnos durante los entrenamientos.
- Ya sabemos el resultado de la otra semifinal.-informó Natsumi- Y el ganador es...
- El Zeus.-acabé yo.
- ¿Cómo lo sabes?-preguntó ella.
- Lo se TODO sobre ellos y era de esperar. -contesté.- Aquí tienes, capitán. Aquí está lo que se de los jugadores y sus capacidades. Al menos antes de que me fuera. Pero, ya entonces, eran más fuertes que nosotros ahora. Será difícil.
- Y que lo dudes.-comentó Kidou mirando los apuntes.- Su fuerza es cinco veces mayor ahora.
- Eso significa que si queremos vencerle debemos ganar cueste lo que cueste la semifinal. ¡Ánimo equipo!- vociferó Endou.
Todos corearon ese grito de guerra excepto Shuuya y yo que intercambiábamos miradas llenas de palabras. Pronto, miré al suelo tratando de evitar todo contacto posible en aquel momento pues mi mente no reaccionaba.
Salimos del instituto Endou, Gouenji, Kidou y yo y nos sentemos en el parque. Debíamos crear tácticas defensivas para contrarrestar las ofensivas tan poderosas del rival. Estaba entre Kidou y Gouenji en silencio y mirando al suelo igual que el delantero.
- Gouenji, deberás estar atento para saber cuando debes ir a la defensiva.
- S-sí.-respondió pues lo había oído a medias.
- ¿Desde cuándo Valeria y tú sois gemelos?-preguntó Endou- No estáis muy centrados. ¿Es por esa discusión que hubo antes entre vosotros?
Vi a Gouenji con una mueca de disgusto y a Kidou con una igual pero con algo más de rabia o resentimiento. Endou estaba sonriendo sin darse cuenta de este echo.
- Bueno, quiero llevaros a un sitio para planear tácticas.
Avancemos entre calles y vi las miradas que se lanzaban de vez en cuando en cuanto uno de ellos no miraba. Algo pinta mal entre ellos dos y no creo estar segura de saberlo.
- Ya estemos.-anunció alegremente.
- ¿Una tienda de golosinas?-preguntemos los tres.
- Sí, ¿no habíais venido nunca?
- No.-respondieron los dos chicos.
- Yo he estado en algunas en España.
Endou entró y se puso a hablar con la anciana dependienta y los niños de dentro. Nosotros nos quedemos mirando a nuestro extrovertido capitán. Hablaban de todo, desde golosinas hasta el Fútbol Frontier. Miré a los dos chicos volver a lanzarse dagas por los ojos con el mismo modus operandi que antes. Cuando no miraba el otro, lanzaban las miradas asesinas.
- No sabía que quedaban tiendas como esta en la ciudad.-comentó sonriente Kidou.
- Lo siento, es que tengo que irme.-dije tratando de excusarme.
- ¿Por qué? Acabamos de llegar.-preguntó Endou.
- Le dije a mi madre que la ayudaría. Señora, ¿no tendrá, por algún casual, violetas?
- Déjame pensar. -respondió.- Sí, tengo. ¿Cuántas quieres?
- Cuatro bosas.
- ¿Cuatro?-preguntaron mis compañeros.
- ¿ Y los caramelos la pajarita que tienen forma de ladrillo?
- Sí, ¿cuatro bolsas?
- No. Diez unidades.-respondí sonriente.
Cuando las tuve pagadas, le di una a Endou, una a Kidou y una a Gouenji a modo de disculpa. Guardé los caramelos dentro de la bolsa que llevaba en la mano.
- Adiós y gracias.
- Vuelve pronto.-se despidió la mujer.
Espero que a Gouenji le guste el regalo y espero que me perdone. Volví a casa y me encerré en mi habitación hasta la hora de la cena sin salir bajo ninguna circunstancia bajo el pretexto de los deberes.
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El amor de rubí. Parte 1.Vivir
Fiksi PenggemarValeria García Romero es una chica de 14 años que, por el trabajo de sus padres, abandona su España natal para embarcar en un vuelo al archipiélago de Japón. Allí conocerá a personas diversas y vivirá más de una mala situación que deberá superar con...