¹⁹ 'ɪɴᴛᴇʀʀᴜᴘᴛᴇᴅ'

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Laray y Isaac bajaron riéndose, compartiendo miradas cómplices y secretos a través de ellas. Lee al verlos entrar a la cocina juntos, compartió miradas con George, quién le sonrió en respuesta mientras que Katherine los observaba con una gran sonrisa.

— Me muero de hambre. — Habló Lay, tomando asiento alrededor de la isla de la cocina.

Lee soltó una pequeña risa y le extendió un plato de panqueques que había hecho George, siendo agradecido con una gran sonrisa llena de cariño por la mayor.

Los adultos les sonrieron y salieron de la casa entre murmullos, mirando hacía los tres adolescentes para sonreír en grande al ver cómo hablaban tan animadamente entre los tres.

Isaac fue hacía la heladera para sacar jugo de naranja, el cuál era el favorito de la rubia, así que sirvió en dos vasos. Sintió una mirada conocida encima suyo, por lo que levantó la suya y chocó con la de Lee, quién le sonrió con diversión mientras negaba.

Lee pareció recordar algo porque se acercó hacía el oído de la rubia, susurrando algo, obteniendo un asentimiento por parte de su mejor amiga y una mirada confundida por parte de su hermano.

— ¿De que hablan? — Preguntó el mayor sin poder evitar.

Lee miró con burla a su hermano, detectando la forma en la que los estaba mirando. Pasó su lengua por sus labios y tomó lo último que quedaba de su café, poniéndose de pie y caminando hacía la puerta, deteniéndose en esta para guiñarle un ojo con diversión a Isaac.

Isaac alzó una ceja por el comportamiento de su hermano, pero rápidamente lo dejó pasar al escuchar la voz de su rubia hablarle.

— ¿Harás algo por el día de Acción de Gracias? — Empezó a hablar la rubia, recibiendo una negación por parte del chico.

— Papá prometió que llamaría así que no haremos nada con Lee.

Lay notó como el tono del pelinegro bajaba un poco, por lo que frunció el ceño, teniendo cierta idea de lo que pasaba por la cabeza del pelinegro.

Isaac no era fan de esas festividades. Aunque sí, el hecho de pasarla junto a su familia lo hacía feliz, él siempre sentía que le faltaba algo o más bien alguien.

— ¿No tienes esperanzas?

El chico la observó por unos segundos hasta negar.

— No, pero trato de tenerlas por Lee. — Murmuró a la vez que sentía como su pecho se cerraba.— Él siempre está entusiasmado con estás fechas.

— Tú no.

— Yo la paso muy bien con mis primos, con mis tíos, con mi hermano y contigo. — Empezó a hablar en voz baja el chico — Pero el hecho de que mis papás no estén, siempre me baja un poco el ánimo.

Laray hizo una pequeña mueca y asintió. Pasó su mano por encima de la isla hasta agarrar la del mayor que estaba del otro lado, tomándola entre su mano pequeña y blanquecina.

— Te entiendo. — Isaac sonrió de labios cerrados, su corazón acelerado por las caricias que la chica estaba otorgando en su mano— Me pasa lo mismo, extraño a mis abuelos y a mi hermano. Yo a ustedes los amo, de verdad, pero no son mi familia.

Isaac alzó una ceja y la miró en desacuerdo con las palabras que estaba soltando.

— Eres parte de está familia, eres de esta familia. Todas los pedacitos rojas van para ti estás fechas, no hay ni uno que no agradezca de que estés con nosotros. — Smith sonrió, el latido de su corazón aumentando y sus ojos llenándose de lágrimas— Todos estamos felices de que estés aquí. Tu alegría es todo para cada uno de nosotros, hasta para Albert.

𝐌𝐘 𝐋𝐀𝐃𝐘 | Isaac García Donde viven las historias. Descúbrelo ahora