⁴ 'Aᴄᴄɪᴅᴇɴᴛ'

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Laray estaba en la sala junto a los chicos, mientras ellos miraban un partido ella estaba mirando su celular con sus piernas estiradas a cada costado del cuello de Isaac, quién estaba sentado en el suelo.

Estaba tan tranquila hasta que unos gritos eufóricos en la sala se escucharon, lo que logro que dé un salto en su lugar y se lleve una mano al pecho. Claro, habían anotado un punto.

— ¡Sí! ¡Vamos! — Festejo Isaac, tomando los tobillos de la chica para moverlos uno arriba del otro en señal de felicidad.— No saques tus pies. Sos mi amuleto de la suerte, Lady.

Laray agradeció tener un buzo con capucha así nadie viera su rostro sonrojado por las palabras del chico.

La chica alzó su rostro de su celular al escuchar el ruido de la patineta, a sabiendas que su mejor amigo se acercaba. Jackie y Lee estaban en la puerta de la sala, el chico le dedicó una sonrisa burlona a la pelinegra y se adentro a la sala.

— Oh, Jackie. — Saludó la mayor a la morena, sintiendo el peso de Lee a su lado— ¿Cómo estás?

La chica no le respondió, le echo una mala mirada y se fue. Todos notaron aquello y fruncieron el ceño, en total desacuerdo con esa mirada que le habían echado al amuleto de la suerte.

— ¿Que le pasa? — Se quejo Isaac.

— Capaz no le caigo bien... — Murmuró Laray, bajando su mirada y tragando duro.

— Es técnicamente imposible que no le caigas bien a alguien, Lay. —Lee rodeó los hombros de su mejor amiga con su brazo.— Bueno, a excepción de Isaac y tú pero su relación es especial.

A pesar que no lo viera, Lee sabía que en el rostro de su hermano se había planteado una sonrisa de oreja a oreja. Laray sonrió mientras negaba con la cabeza.

— No pasa nada ¿y qué está haciendo?

Eso último fue dirigido a la televisión, todos voltearon su mirada de inmediato a la pantalla. Una barbaridad de quejas se escuchó en la sala, dando a entender que ninguno estaba de acuerdo con lo que hacía el arbitro.

— ¿Que le sucede al árbitro? — Se quejó Cole en voz demasiado alta.— ¿Es tonto o se hace?

Ahora se escucharon risas, Laray empezaba a suponer que los chicos sufrían de bipolaridad. Río un poco, pero eso no quitaba que todavía se sintiera un poco mal por cómo la había mirado Jackie.

¿Era muy pesada? ¿Ese era el problema? Ella sabía que podía llegar a ser un poco intensa al querer hacer nuevos amigos, siempre trataba de controlarse pero de alguna forma u otra, terminaba hablando de cualquier cosa para que el silencio no sea incómodo.

— ¡Te dije que no era!

— ¡Tenías ra...

— ¡A comer!

Todos se miraron entre ellos antes de empezar a ponerse de pié a la velocidad de la luz, corriendo al comedor en donde ya se sentía el aroma de la comida recién hecha.

Todos se aparecieron por la cocina como un tornado, gritos y corridas hacía su asiento correspondiente. Laray fue de inmediato a sentarse al lado de Isaac, el cuál era su asiento de siempre.

Para comer había fideos con salsa y albóndigas, una de las comidas favoritas de Laray, quién no pudo evitar sonreír al ver su plato lleno pero le faltaba algo.

Dos panes fueron puestos en su plato. Volteo, chocando su mirada con Isaac quién le sonrió con amabilidad.

— Gracias, Isti.

𝐌𝐘 𝐋𝐀𝐃𝐘 | Isaac García Donde viven las historias. Descúbrelo ahora