𝐌𝐘 𝐋𝐀𝐃𝐘 | Isaac García

²⁸ why of him ?

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Aquella mañana la rubia se dirigió al establo con una gorra encima de su cabeza debido a que el sol estaba algo fuerte. Empujó la gran puerta de madera con un poco de fuerza e ingresó a uno de sus lugares favoritos, escuchando el relincho de Miney al verla.

Sonrió y acomodó dos flecos rubios de su rostro para luego acercarse, planteando suaves caricias en el pelaje rubio del caballo.

— ¿Cómo estás, amigo? Pasó el tiempo desde la última vez que compartimos un momento. — Dijo mientras con la otra mano vertía un poco de agua en el recipiente del caballo— Prepárate porque saldremos a pasear. Tengo que contarte tantas cosas.

El caballo dio un relincho a la vez que movía su cabeza y cuerpo para tomar un poco de agua, mientras que Laray suspiraba y recargaba sus codos en la madera. Aquella noche era la fiesta de gala de Katherine, y ella planeaba pasear un rato con su caballo para no estar dentro de casa. Últimamente su animo se debía mucho a lo ocurrido con Isaac, lo que todos sabían que estaba afectando a los demás miembros de la familia.

Escuchó que alguien entraba y frunció el ceño, girando su rostro para poder ver encima de su hombro. Rápidamente su corazón se aceleró al notar de quién se trataba, mientras que volvia su mirada al caballo para evitar hacer contacto visual con el chico de collar de perlas.

Sintió los pasos en dirección a ella y tragó duro, negando con la cabeza. No quería lidiar con nada aquél día y la situación con Isaac la ponía muy nerviosa.

Habían pasado dos días de lo sucedido y de que no había vuelto a intercambiar palabras con Isaac. La rubia sabía que tanto a ella como a él le dolía lo que estaba pasando, ya que conocía muy bien las miradas y expresiones del pelinegro. Por más de que Laray haya hablado con los chicos, ellos seguían molestos con el chico García por más que trataran de no demostrarlo frente a la chica de ojos claros.

¿Saben por qué tanta molestia de los chicos hacia el mayor de los García? Fácil, porque no era la primera vez que él hacía que ella no tuviera ganas ni siquiera de almorzar o salir de su cuarto.

Laray siempre fue lo que le hacía falta a la familia para estar completos, y ante su llegada todos, a excepción de Lee, Nathan, Alex y Danny, se mostraron recios a convivir con ella por el hecho de que era una adolescente entre unos adolescentes locos. Ahora mismo ninguno era capaz de reaccionar bien con la persona que le hacía algo a ella, y eso incluía a cualquiera sin importar quien fuese. Era como ver a tu hermana menor la lastimaban, sea un chico o cualquier otra persona.

Y Laray no quería que odiaran a Isaac. Ella misma tampoco quería odiarlo a pesar de todo ya que, lastimosamente, su relación con Isaac seguía siendo algo muy importante en su vida. En ese momento, no era capaz de hablar con él ni mucho menos hacer el intento de acercarse. Tampoco era capaz de hablar mucho con los chicos y casi ni de comer debido a que de la nada, ya no tenía apetito.

— Buenos días. — Murmuró el chico, aclarando su garganta.

Escuchar la voz de Isaac dirigiéndose hacia ella provocó miles de sensaciones explotar en su interior. Negó con la cabeza y abrió de manera lenta los labios para pronunciar dos palabras;

— Buenos días — Y ahí estaba otra vez el incómodo silencio que le ponía los pelos de punta.

La chica Smith sentía la mirada del contrario navegando por todo su cuerpo de espaldas, e incluso tratando de ver su rostro de costado. La rubia tragó duro y alcanzó la montura para colocarle al caballo. Al ver el cuero negro de la montura, suspiró, sintiendo su corazón acelerarse.

Hace mucho que no montaba a su caballo, por lo que la sensación de miedo le recorría las venas.

— Yo... — Isaac habló, dando un paso hacia ella— ¿Será que podemos hablar?