Hace años que Nya esperaba su ansiada carta para entrar a Hogwarts.
Pero ¿Qué pasaría si su estadía el colegio no era lo que realmente esperaba?
Al cumplir once años, Nya Cristinne Weasley entrará al colegio en donde toda su familia había asistido...
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La clase de pociones
-¿Qué nos toca ahora? -preguntó Daphne, estábamos las tres sentadas en la mesa de Slytherin en el comedor.
-Pociones dobles con Gryffindor -respondí mirando mi horario.
*Genial, voy a tener que compartir clase con mi amado hermano*
-Será mejor que vayamos luego, al profesor Snape no le gusta que lleguemos tarde -dijo Pansy.
Nos levantamos de la mesa y comenzamos a caminar hacia las escaleras para bajar al aula de pociones que se daba en una especie de calabozo.
Al llegar notamos que ya habían un par de alumnos pero el profesor aún no llegaba, así que nos sentamos tranquilamente las tres en una mesa y a los pocos segundos llegaron Theo, Blase y Draco, con Crabbe y Goyle detrás de ellos.
Minutos después el profesor entró y comenzó a pasar lista enseguida pero se detuvo al nombrar el nombre de Harry.
-Ah, sí -murmuró-. Harry Potter. Nuestra nueva... celebridad -dijo mirándolo fijamente.
Noté como algunos alumnos de mi casa rieron ante el cometario.
La verdad Potter me da un poco de pena, he notado como los estudiantes lo señalan y hablan de él como si no estuviera cerca.
-Ustedes están aquí para aprender la sutil ciencia y el arte exacto de hacer pociones -comenzó. Hablaba casi en un susurro, pero se le entendía todo. Imponía mucho respeto y tal como la profesora McGonagall, Snape tenía el donde mantener a la clase en silencio, sin ningún esfuerzo-. Aquí habrá muy poco de estúpidos movimientosde varita y muchos de ustedes dudarán que esto sea magia. No espero que lleguén a entender la bellezade un caldero hirviendo suavemente, con sus vapores relucientes, el delicado poder de los líquidos quese deslizan a través de las venas humanas, hechizando la mente, engañando los sentidos... Puedoenseñarles cómo embotellar la fama, preparar la gloria, hasta detener la muerte... si son algo más que losalcornoques a los que habitualmente tengo que enseñar.
Yo lo escuchaba atentamente pero a la vez emocionada, pociones es una asignatura que me emociona demasiado, ya que había estado leyendo mucho y le tomé el gusto.
Es como hacer magia pero sin una varita.
-¡Potter! -dijo de pronto Snape-. ¿Qué obtendré si añado polvo de raíces de asfódelo a unainfusión de ajenjo? -levanté rápidamente mi mano y vi de reojo como Hermione Granger lo hacia al mismo tiempo que yo.
-No lo sé, señor -contestó Harry.Los labios de Snape se curvaron en un gesto burlón.
-Bah, bah... es evidente que la fama no lo es todo.
No hizo caso de la mano de Hermione ni a la mía.
-Vamos a intentarlo de nuevo, Potter. ¿Dónde buscarías si te digo que me encuentres un bezoar?
