Prohibido ||¿una Weasley en Slytherin?

Capítulo diecinueve

Nos encontrábamos desayunando minutos antes de entrar a clases, a ratos me reía de los chistes de Goyle, que llegaban a ser graciosos de lo malos que eran.

Estar junto a mis amigos era los mejor del mundo.

—¿Saben por qué bailaba la tortilla? —preguntó y nosotros nos quedamos mirándolo para que siguiera —porque le pusieron salsa.

Y estalló en risas, de las cuales no pude evitar contagiarme.

—Esto es ridículo —murmuró Draco.

—Vamos Malfoy, no seas aburrido —dije moviéndolo un poco.

La sesión de chistes fue interrumpida por las cientos de lechuzas que entraron por las ventanas del gran comedor.

Caían cartas para la mayoría de los estudiantes, pensé que no me llegaría ninguna pero al contrario, si aterrizó una en mis manos.

Era de Bill.

La abrí rápidamente para leerla.

Querida Nya

¿Cómo estás? Espero que muy bien.

Yo te hablo para desearte un muy buen año, segundo es muy parecido a primero así que estoy seguro que no te costará nada.

Mucha suerte, te amo.

Bill

Sonreí tiernamente al leerla. Bill no es muy demostrativo pero sus palabras siempre me alientan.

Miré a la mesa de Gryffindor para ver si a mis hermanos les llegaron cartas.

Noté a Ronald con una cara muy asustada, bajé mi vista a lo que miraba y tenía un vociferador en sus manos.

*Sospecho que eso tiene algo que ver en que él y Potter no hayan llegado a cenar anoche*

segundos después la carta que tenía en sus manos estalló con un fuerte bramido tan potente que desprendió polvo del techo y comenzó a gritar la furiosa voz de Molly Weasley.

—RONALD WEASLEY, COMO OSASTE A ROBAR EL AUTO, ESTOY VERDADERAMENTE ENOJADA... AHORA TU PADRE ENFRENTA UNA AVERIGUACIÓN Y TIENES TODA LA CULPA.

Los gritos de mamá, cien veces más fuertes de lo normal, hacían tintinear los platos y las cucharas en la mesa y resonaban en los muros de piedra de manera ensordecedora. En el salón, la gente se volvía hacia todos los lados para ver quién era el que había recibido el vociferador, y Ron se encogió tanto en el asiento que sólo se le podía ver la frente colorada. 

—SI TE ATRVES UNA VEZ MÁS A DESOBEDECER TE REGRESARÉ A CASA —la voz de mamá se calmó un poco para dirigirse a Ginny —Ginny cariño, felicidades por entrar a Gryffindor, estamos muy orgullosos.

La carta se calló y comenzó a hacerse añicos. El comedor estaba en completo silencio hasta que la mayoría estalló en risas.

Y no lo niego, yo también lo hice.

—Que afán tienen esos dos en meterse en problemas... —dijo Pansy.

—Yo digo que les gusta mucho el espectáculo —le complementó Blase.

Pensé en ir donde Ronald para preguntarle como estaba pero decidí sacar el pensamiento de mi cabeza al recordar lo que sucedió hace algunos días.

Luego del vociferador que claramente todo el colegio escuchó, los jefes de casa se levantaron y pasaron por cada mesa entregando los horarios uno por uno.

En la primera hora tocaba transformaciones con Ravenclaw.

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Los días pasaban demasiado lento, especialmente si tenía que aguantar al profesor Lockhart.

Los cuales eran la mayoría de los días.

Realmente no entiendo como llegan a estar todas como elfos domésticos detrás de él.

Es realmente estresante todo lo que tenga que ver con ese hombre.

—Adivinen quien es el nuevo buscador de el equipo de quidditch de Slytherin —Draco había llegado junto a mi que estaba sentada sola en el lago negro.

—Por ese tono supongo que tu —le respondí.

Draco esbozó una enorme sonrisa y asintió mientras se sentaba a mi lado.

—¿Serás buscador porque te gusta o solo para fastidiar a Potter?

—Por supuesto que porque me gusta Nya— rodó los ojos —pero fastidiar a Potter en el proceso no está nada mal.

Me reí debido al comentario.

Prácticamente todo el colegio sabe que la actividad favorita de Draco Malfoy es fastidiar a Harry Potter.

—Además mi padre me exigió entrar al equipo —su voz se hizo un poco más seria y con un deje de tristeza —dijo que él fue uno de los mejores jugadores de sus años y que yo debo seguir sus pasos. 

—Pero si te gusta jugar quidditch ¿cierto? si no mal recuerdo dijiste que jugabas de pequeño con Theo.

—Si —sonrió —de pequeño jugaba con él, a Blase nunca le gustó así que hacía de arbitro.

—Espero que seas bueno.

—Claro que lo soy, ¿tu sabes jugar?

—Siempre he jugado con mis hermanos, durante las vacaciones en el único momento que parecía que nos llevábamos todos bien era cuando comenzábamos a jugar.

—Desde pequeño siempre quise tener más hermanos para divertirme, pero mis padres no tuvieron, todas las generaciones de mi familia han sido de hijos únicos y hombres.

Pensando bien nunca pensé como sería tener menos hermanos o simplemente no tener.

—¿es aburrido ser solo tu? —pregunté.

—Demasiado, pero tampoco me gustaría tener tantos como tu.

—Es lindo tener hermanos, pero ser ocho es demasiado, además no es como que sea fácil mantener tantas personas y menos para mi familia.

—¿Cómo hacen para vivir bien? 

—No lo sé —ambos nos reímos.

Ninguno de los dos habló mucho más, minutos después volvimos al castillo entre risas.

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Holaa

He vuelto jaja

Perdón por no haber actualizado pero estaba en un horrible bloqueo escritor y no me surgía ninguna idea.

Estaba con el mismo capítulo hace como tres semanas.

Espero poder actualizar pronto.

Besitos...