2. El primer ataque de Fenrir.

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EDITADO.


P. V. O. Pansy

Flash Back

Me encontraba caminando por el Valle de Godric, no sabía cómo había llegado hasta allí, pero sentía la necesidad de estar en ese sitio. Caminaba a paso tranquilo, el frío viento tocaba la piel de mi cara, hace cinco años que no pisaba Godric's Hollow, desde... Desde que papá murió y la verdad no había cambiado mucho. Entré en un bar para tomar un trago algunos de los magos ebrios que estaban ahí, me miraban con algo parecido a ¿anhelo?, ¿deseo?, ¿lujuria?, eso me puso muy nerviosa, pero a pesar de eso intenté no tomarle mucha importancia, intenté no pensar en eso, sacudí mi cabeza y me acerqué a la barra y me senté en uno de los taburetes que estaban allí.

Pedí un whisky de fuego cuando me lo entregaron le di un pequeño sorbo alguien había posado su vista en mi, incomoda me removí en el asiento volteaba a distintos lugares disimuladamente para ver si alguien me miraba.

No, nadie lo hacía, di otro trago a mi bebida terminándola por completo. Pude sentir un ardor desde mi garganta hasta mi estomago, eso en parte se sentía tan, pero tan reconfortante.

Pagué al encargado lo consumido y me puse de pie y salí a prisa del lugar. Sentí que estaba siendo perseguida, más cuando volteaba hacia atrás no había nadie, solamente la obscuridad me hacía compañía en estos momentos. Agudizo mi oído y mis otros sentidos, llevo mi mano a la bolsa de la chaqueta donde tengo mi varita. Sé que posiblemente me arrepentiré de lo que voy a hacer pero de todos modos corría peligro; me adentré en el bosque inmenso que tenía frente a mi. Corrí y corrí adentrándome cada vez más y más. Escuchaba pasos por detrás de mi más no me armaba de valor para voltear. Y como la suerte estaba de mi lado. No en realidad, no lo estaba. Tropecé con una raíz que estaba en mi camino. Caí estrepitosamente al pasto terroso que había, doblándome uno de mis tobillos. Un pequeño gemido escapó de mis labios. Escuchaba murmullos a mi alrededor más no veía a nadie. Me mantuve quieta por unos cuantos minutos. Lleve mi mano nuevamente al bolsillo izquierdo de mi chaqueta. Saqué con cuidado mi varita y logre conjurar un débil pero eficaz 'Lumus'.

Escuché a alguien acercarse por detrás mío y lo siguiente que sentí fue mucho, muchísimo dolor, grité, grité muy fuerte tanto que pensé que mi garganta podía romperse.

Escuchaba risas más yo estaba tan adolorida que no pude descifrar cuantas personas me rodeaban. Volví a sentir ese horrible dolor pero ahora si escuché claramente que gritaban «CRUCIO».

Pensé que ya habían dejado de buscarme, ahora sé que me había equivocado rotundamente. Mis mejillas estaban llenas de lágrimas, el dolor iba cada vez más en aumento sabía de antemano que de nada serviría pedir que parasen. Solamente intentaba soportar el maldito dolor que se apoderaba de mi cuerpo. De pronto todo se calmó.

Ese hombre dejó de torturarme, intenté mover mi pie pero me dolía horrores. Cerré los ojos un instante, me obligué a abrirlos cuándo escuché esa voz.

SU voz. El maldito estaba mofandose de mi desgracia. Fenrir Greyback estaba frente a mi. Temí que me mordiera, puesto que se aproximaba muy lentamente hacia mi rostro.

Alzó su varita empuñandola en dirección hacia mi, gritó con una voz muy clara «CRUCIO» estoy segura que ese grito que salió de mi garganta se escuchó hasta Londres Muggle. Después de eso todo se tornó negro. La oscuridad me abrazaba.

Me removí y pude sentir que estaba en un lugar acolchado y cálido, muy cálido intentaba abrir mis ojos, no podía. Una, otra, otra, otra y otra vez hasta que por fin pude conseguirlo. Enseguida me arrepentí una luz muy brillante me cegó por un momento, volvía abrir los ojos y esta vez me encontré con una pared blanca, toda la habitación era de ese color. Me sentía confundida. ¿estaba en San Mungo?, ¿Qué había sucedido? ¿cómo es que llegué?, ¿Porqué estaba aquí?, ¿Quién me trajo hasta aquí?. Todas esas preguntas rondaban en mi cabeza y me provocaron una inmensa jaqueca. Volví a cerrar mis ojos y el dolor pareció calmarse. Escuchaba voces fuera del cuarto en el que me encontraba. No abrí los ojos pero pude sentir a alguien entrar a la habitación. Me volví a dormir estaba muy cansada más no sabía el motivo de tal fatiga.

Me enamoré de una SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora