15. Visita a la Madriguera.

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Ya ha pasado un considerable lapso de tiempo, creo que unos cuatro meses, desde que caí en depresión y salí de ella, he aprendido a vivir sin Ane, con ayuda de mi hermana Jade y de Ronald, sé que me queda su recuerdo y aquellas tan amenas charlas que solíamos tener.

En cuanto a Hogwarts, logré pasar todas las materias y los TIMOs aunque no con la nota que yo hubiese querido pero a fin de cuentas, logré pasar y graduarme finalmente.

Por otro lado, mi relación con los ahora ex-Slytherin's había mejorado bastante bien, Daphne se había recuperado satisfactoriamente pero estaba dolida por la pérdida de sus padres, Draco angustiado por qué su madre estaba sola en la Malfoy Manor y había enfermado (o eso nos hizo saber) su tía Andrómeda se lo había dicho mediante cartas. Y el resto de ellos seguían con su vida normal, solía llevarme un poco mejor con los Gryffindors por más raro que suene eso, entendí que no había porque seguir con las creencias de "la pureza de sangre" si ya la guerra había llegado a su final.

Íden se había marchado dos semanas atrás a Bulgaria, le habían ofrecido un alto puesto en el departamento de cuidado de criaturas mágicas allá y sin pensárselo dos veces aceptó con gusto.

Mathias se decidió hacer cargo de Borgin & Burkes en el callejón Knockturn y a veces nos visita o nosotras vamos a ver qué tal va el negocio.

Sobre Emily, desde antes de la muerte de Anelise no hemos sabido nada, ella un día simplemente desapareció sin decirle a nadie ni una sola palabra.

En cuanto a Jadelyn, ella está siempre conmigo, aún no decide en que puesto del ministerio le gustaría estar, un centenar de veces le he dicho que lo que sea que ella quiera está bien para mí. Le debo mucho a mi querida hermana, lo menos que puedo hacer es alentarle a que se decida por algo que realmente le guste.

En estos momentos me encuentro justo por tocar la puerta de la madriguera, decidí hacerle una pequeña visita a los señores Wealsey, para saber qué tal está Molly con lo de su enfermedad.

–Pansy querida, que alegría verte, pasa, pasa no te quedes ahí o cojeras un resfriado.– me recibió Molly con un cálido abrazo, el cual correspondí con gusto, entré deshaciéndome de la abrigadora capa que llevaba pues el interior de la madriguera era muy cálido. – Arthur está por llegar, tuvo que salir de urgencia a revisar unas cosas al ministerio, ¿quieres algo de comer o beber?– preguntó invitándome a sentar en la sala.

–Gracias Molly, pero estoy bien así... ¿cómo estás?– quise saber.

–Oh querida, a veces olvido dónde dejé alguna cosa o se me olvida qué estaba haciendo, pero no quiero preocupar a mis muchachos...– confiesa.

–Eso es normal con tu enfermedad Molly.– le dije suspirando y tomando una de sus manos.

–No quiero ser una carga para nadie, Pansy...– sus ojos se comienzan a cristalizar.

–No lo serás, Molly. No pienses en ello, debes estar tranquila.– me puse de pie para posteriormente abrazarla, mi abuela había padecido esa misma enfermedad cuando yo era pequeña, podía deducir lo que la pelirroja sentía.

–Sé que necesito ayuda pero... conoces nuestro status económico y no creo que con lo que Arthur gana podríamos siquiera pagar una pequeña parte de lo que sea que yo fuera a necesitar.– la mujer realmente se escuchaba muy preocupada.

–Molly, por eso tú no debes preocuparte, ya está todo resuelto, hace tiempo lo hablé con Ronald, tu tranquila y deja tu salud en mis manos y las de mis colegas, ¿está bien?– le brindé una cálida sonrisa la cual ella aún con sus ojos llorosos me correspondió.

***

Las horas pasaron volando, el señor Weasley llegó unos quince minutos después de que Molly y yo tuviésemos aquella charla y ambos me ofrecieron quedarme a cenar, no quería ser descortés por lo que terminé aceptando su invitación.

Llegué a la Mansión ya pasadas las once de la noche y todo estaba en calma, subí la gran escalera despacio pues sabía que Jade ya estaba durmiendo, por curiosa fui a su recámara y efectivamente allí estaba ella, su respiración era tranquila y acompasada, entré con sigilo y la arropé para luego del mismo modo en el que había entrado salir.

Me enamoré de una SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora