19. Reducido a Cenizas.

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El duelo entre mi hermano y Rodolphus estaba por llegar a su fin, Iden estaba ganando, era algo muy complicado, pues el hombre le doblaba la edad, ni que decirse de la experiencia que tenía.

Por mi parte seguía arremetiendo contra Greyback, recorríamos el interior de la casa lanzando maldiciones imperdonables a diestra y siniestra, me costaba admitirlo pero el maldito era difícil de vencer, me llevaba un considerable esfuerzo el esquivar sus hechizos.

Todo iba bien, le había acertado un par de crucios, hasta que un inconfundible olor y un abrazador e inusual calor me hicieron estremecer, en un abrir y cerrar de ojos la mansión se estaba incendiando.

Pude ver cómo Lestrange tomó a su hermano aún inconsciente y con una densa y oscura niebla tal cual eran las de los mortifagos se largó el cobarde, el humo que se propagaba me impedía de a poco seguir luchando contra el licántropo, lo que alcance a ver fue su maldita y horripilante sonrisa, posteriormente un rayo violeta salió de su varita y un agudo dolor se instaló en mi pecho, luego, igual que lo hizo Rodolphus, el pulgoso desapareció, mi prioridad eran Jadelyn y Mathias, y por más que me costase, Emily también estaba dentro y debía sacarla.

***

Ya nada quedaba de aquel que había sido mi hogar durante toda mi vida, la gran mansión se había reducido a cenizas y escombros gracias a esos malditos, pero eso no iba a quedar así

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Ya nada quedaba de aquel que había sido mi hogar durante toda mi vida, la gran mansión se había reducido a cenizas y escombros gracias a esos malditos, pero eso no iba a quedar así.

Math y Jade ya estaban siendo atendidos, Iden también estaba siendo revisado por mis colegas, yo me rehusaba a ser atendida, estaba bien o eso sentía.

Emily, esa perra, ya había sido apresada e iría a juicio, esperaba que la refundieran en la celda más oscura de las mazmorras de la nueva prisión de máxima seguridad en Albania.

Solo necesitaba desahogarme con alguien que no fuese mi hermano, así que la primer persona que se me ocurrió fue Draco pues era mi mejor amigo de toda la vida, con esfuerzo me aparecí en el umbral de la casa del albino, alcancé a timbrar pero luego lo demás se torna muy borroso y confuso, el último recuerdo nítido que me quedó antes de caer al suelo con un gran dolor de cabeza fue el rostro preocupado de Draco tomándome en brazos gritando mi nombre.

Me enamoré de una SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora