Me enamoré de una Slytherin

24. La Luz de mis Ojos.

Retomé mi escritura pero esta vez en una nueva hoja, comencé a redactar una carta, para mi serpiente, para la luz de mis ojos.

"Querida Pansy...

Unas cuantas horas han pasado desde que la tragedia sucumbió y te arrastró con ella, siento como si fuera un lapso de tiempo muy largo.

Lamento lo que te pasó, enserio... siento como la culpa me consume, aunque estoy consciente de que no estaba allí, de un modo u otro creo que yo debería ser quien estuviera en esa camilla, luchando por mi vida. No tú.

Pequeña mía de ojos lindos.

No te vayas.

Amores de venas abiertas, de laberintos cerrados, ojos verdes de pupilas dilatadas, de heridas tristes, inciertas; sin nombrarte te llamo, sin buscarte te encuentro, como un huracán en pleno desierto.

Este silencio. No sabes como mata por dentro, ni tampoco te imaginas cuánto te amo..."

Dejé de nuevo la pluma y doble el papel, guardándolo en mi bolsillo derecho del pantalón. Necesitaba algo de aire fresco, me sentía tan asfixiado, pero sabía que era la angustia de no tener señales de ella.

Cerré con cuidado la puerta de su habitación dándole una última mirada, me era imposible no sentir dolor al verle así, conectada a esos aparatos, agujas por doquier lastimando su piel. Era algo simplemente tortuoso.

***

2   M E S E S  D E S P U É S

Nada ha cambiado, ella sigue igual. Sus hermanos, Iden y Mathias ya casi no se pasan por San Mungo a visitarla, las únicas personas que estamos ahí somos Jade, Malfoy, Zabini, la Greengrass mayor, Harry y yo.

Lo que un día antaño, pensábamos que era algo imposible de hacer, justamente estaba pasando, leones y serpientes en un mismo lugar, o más precisamente un traidor, un mestizo y cuatro sangre puras unidos, en espera de que la castaña de ojos verdes que yacía inconsciente dentro de una impoluta habitación de paredes blancas finalmente despertase de ese letargo. Era algo de no creerse.