22. Ministerio.

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Draco P. V . O.

Pasillo tras pasillo, puerta tras puerta, sólo pensaba en cómo acabar con esos jodidos idiotas que habían lastimado a mi mejor amiga.

Lo que aún me costaba asimilar era la traición de Emily hacia sus hermanos, ella siempre me había parecido una chica muy correcta y tierna pero no cabe duda que las apariencias engañan.

Llegué a la puerta principal del departamento de Aurores y me importaba poco si estaba o no ocupado, entré sin siquiera detenerme a tocar.

Necesitaba que esos malnacidos fuesen atrapados inmediatamente, aunque siendo sincero me encantaría ser yo el que los encontrara para así poder torturarlos hasta que me rogasen, que me suplicasen por su muerte.

En el lugar sólo estaban él y Weasley, conversaban pero al verme se detuvieron prestándome la total atención.

—¿No te han enseñado a tocar, Malfoy?— no tenía tiempo para discutir con el pobretón, así que lo ignoré rotundamente centrando mi vista en el de la cicatriz.

—No creí decir nunca otra vez esto pero... ya que eres el jefe del departamento de Aurores, me temo que necesito de tu ayuda, Potter.— hablé sin rodeos.

—¿Qué dices, mi ayuda?, ¿Qué ocurre, Malfoy?— me miró con atención. —¿Tu madre está bien?  

—Sí, ella está bien, no te vengo a hablar de mi madre... —suspiré, me sentía agradecido con el joven de gafas aunque me costase admitirlo, nos había ayudado mucho a mi madre y a mi cuando fuimos a juicio. —Ha habido un ataque, su casa quedó en ruinas, sus tres hermanos están bien pe...— me vi interrumpido por Weasley de nuevo.

—¿De quién hablas, Malfoy?— al parecer no estaba entendiendo.

—Ella está en una especie de coma— finalicé para luego dirigir mi vista hacia el pelirrojo.—Hablo de Pansy, Weasley.— Quizás fue mi imaginación pero pareció tensarse cuando mencioné el nombre de la castaña. —Fenrir Greyback, Rodolphus y Rabastan Lestrange y Emily Parkinson son algunos de los que integran a "la lorgia del crepúsculo de plata", así se hacen llamar, intentan vengar a Voldemort.— informé.

***

Potter había tomado medidas y ya habían aurores buscando el paradero de los malnacidos esos, la castaña menor (Emily) había sido ya atrapada y declarada culpable de asesinato, plagio y conspiraciones, según me habían dicho, así que la zorrita cumpliría una condena en la prisión de Albania.

Por mi parte había regresado a casa para seguir cuidando de mi madre, aunque en mi cabeza aún se repetía la imagen de Weasley tensarse, ¿acaso él estaba atraído por mi amiga de ojos verdes?

No negaba que Pansy era muy linda, inclusive había salido con ella en mis tiempos de adolescente en Hogwarts pero entendimos que no era esa clase de afecto el que nos atraía sino algo fraternal.

Adoraba a Pansy, era como la hermana que nunca pude tener, por eso mismo me dolía el hecho de saber que ella estaba mal y que no sabíamos cuándo despertaría. De todas maneras le había pedido a Mathias que me mantuviera al tanto de su estado.





Me enamoré de una SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora