La Feria Anual de Verano había llegado al pueblo costero, trayendo consigo un ambiente festivo y lleno de energía. El bullicio de la gente y la música alegre llenaban el aire mientras los puestos de comida ofrecían delicias tentadoras y los juegos de feria prometían diversión sin fin. Entre la multitud, Emily se adentraba en la feria con una sonrisa expectante en el rostro, ansiosa por sumergirse en la magia del evento. Lo único que no le gustaba era que su padre le había obligado a llevar a Andrea con ella y Sarai.
Por otro lado, Nathan paseaba entre los puestos de la feria con una mezcla de curiosidad y cautela. La atmósfera bulliciosa lo envolvía, y aunque su madre había advertido sobre mezclarse con la gente del pueblo, no pudo resistir la tentación de explorar la feria por sí mismo. Entre la multitud, sus ojos buscaron algo que capturara su interés, sin saber que el destino pronto lo llevaría a un encuentro inesperado.
Mientras Emily se detenía frente a un puesto de juegos, su mirada se desvió brevemente hacia un joven que pasaba entre la multitud. Nathan, por otro lado, se detuvo cerca de un puesto de algodón de azúcar, sintiendo la sensación de estar siendo observado. Un cruce fugaz de miradas, un destello de reconocimiento... y así comenzó el juego del destino que los llevaría a encontrarse en medio de la bulliciosa feria.
Pero Emily no podía olvidar lo que pasó unas tardes atrás, como el chico que se acercó a ella en el malecón paso por su lado sin ni siquiera mirarla.
Aunque Emily no podía evitar sentir un ligero nudo en el estómago al recordar la indiferencia de Nathan en el pasado, estaba decidida a no dejar que eso arruinara su día en la feria. Sin embargo, en lo más profundo de su corazón, la pregunta seguía resonando: ¿Qué pasaría cuando sus caminos se cruzarán nuevamente?
Mientras Emily espera en la fila de un puesto de comida para comprar algo para ella y sus amigas, Nathan se acerca al mismo puesto, también buscando algo para comer. Emily, concentrada en su elección, no se da cuenta de su presencia al principio.
Nathan: ¿Qué recomendarías de aquí? Estoy un poco indeciso.
Emily, sorprendida por la pregunta, levanta la vista y se encuentra con Nathan frente a ella.
Emily: Oh, eh... todo es bastante bueno aquí. ¿Qué tipo de comida te apetece?
Nathan: No lo tengo muy claro. ¿Tienes alguna sugerencia?
Emily: tal vez, ¿un perrito caliente?
Nathan: creo que mejor voy a optar por un taco o un burrito. Hace mucho que no lo cómo.
Emily: es una buena idea, te la voy a copiar. [ y sonrió de tal manera que hizo que el corazón de Nathan comenzara a latir con una intensidad que lo dejó sin aliento.]
Nathan: ¡Genial! Entonces vamos por los burritos.
Emily asintió con entusiasmo, guiándolo hacia el puesto de comida mexicana. Mientras caminaban juntos, Nathan no podía evitar sentir un cosquilleo en el estómago ante la cercanía de Emily. Cada vez que ella sonreía, su corazón latía con una intensidad que lo dejaba sin aliento, como si estuviera corriendo una carrera emocional. Era una sensación nueva y emocionante, una mezcla de nerviosismo y alegría que lo tomaba por sorpresa.
Emily, por su parte, se sentía encantada de pasar tiempo con Nathan. Su presencia tranquila y su sonrisa cálida hacían que se sintiera cómoda y feliz. Aunque no podía negar que había algo especial en la forma en que Nathan la miraba, como si cada una de sus palabras tuviera un significado más profundo.
Pasado un gran periodo de tiempo recordó que no estaba sola en la feria y que no había llevado nada de comer a Sarai y Andrea. Ya se imaginaba como Andrea la amenazaría con contarle a su padre que la dejó sola en la feria.
Emily: Nathan, lo estoy pasando genial, pero no he venido sola y tengo que irme.
Nathan: Esta bien. No te preocupes [ pero se sentía triste por tener que separarse de Emily]
Emily busco por toda la feria a sus compañeras, se sentía mal por haberlas dejado, y sentía el peso de la esperada amenaza de Andrea. Por fin las vio.
Andrea: Ya está bien que aparezcas. ¿Estabas esperando que muriéramos de hambre? ¿y no traes la comida?
Emily: lo siento, vi un pequeño teatro y me olvidé de todo.
Sarai: Me tenías preocupada. Y tú no te quejes, ya te he comprado yo algo de comida, así que no sé qué andas diciendo.
Andrea pareció calmarse un poco ante las palabras de Sarai, pero aun así lanzó una mirada de desaprobación a Emily.
Emily suspiró con alivio al ver que la situación se había calmado, pero no pudo evitar sentirse frustrada por la actitud de su prima. Sabía que la sombra de la amenaza de Andrea seguía presente, y tendría que encontrar una manera de lidiar con ella antes de que se convirtiera en un problema mayor. Había tensión así que decidieron irse de la feria a casa.
Mientras Emily, Sarai y Andrea caminan hacia la salida de la feria, el bullicio de la multitud comienza a disminuir a medida que el sol se pone en el horizonte. Emily no puede evitar repasar en su mente el breve encuentro con Nathan, preguntándose qué significó realmente y si volverán a encontrarse. Sus pensamientos se ven interrumpidos por la voz de Andrea, quien aún parece molesta. A medida que continúan caminando hacia casa, Emily no puede evitar sentir una mezcla de emociones: la emoción de haber conocido a Nathan, la frustración por la actitud de Andrea.
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Más Allá de las Barreras del Corazón
RomanceLa historia sigue la vida de Emily, una adolescente que reside en un tranquilo pueblo costero, y Nathan el nieto del adinerado magnate local. A medida que sus caminos se cruzan en su juventud, ambos enfrentan desafíos personales y familiares mientr...