Miradas Cautivas y Palabras Afiladas

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El tintineo de la campanilla sobre la puerta anunció la entrada de un nuevo cliente a la acogedora cafetería-librería. Con paso firme y una sonrisa en el rostro, Nathan hizo su entrada al lugar, observando el ambiente con curiosidad. La mezcla de aromas de café y libros le dio la bienvenida, y una cálida sensación de familiaridad lo envolvió.

Recorriendo el local con la mirada, Nathan reconoció a Emily sentada en una mesa con Sarai, Elena y Daniel que estaban disfrutando de sus bebidas. Una ligera inclinación de cabeza y un gesto de saludo bastaron para reconocerse mutuamente antes de que continuara su camino hacia el mostrador.

El rubor en la cara de Emily alertó a Sarai, quien se quedó mirándola fijamente, para después posar sus ojos en Nathan.

Nathan hojeó el menú con una expresión pensativa, considerando sus opciones. Después de unos segundos de reflexión, hizo su pedido y se acomodó en una mesa cerca de la ventana, desde donde tenía una vista perfecta del bullicio tranquilo del lugar.

Sarai se levantó de su asiento y fue hacia la mesa de Nathan. Emily la siguió con la mirada y el corazón se le encogió.

Sarai: ¡Hola! Eres Nathan, el nieto de los Baker, ¿verdad?

Nathan: Sí. [respondió un poco sorprendido]

Sarai: Soy Sarai ¿Te gustaría venir a nuestra mesa? Estaría bien que te unieras.

Nathan asintió con una sonrisa y se puso de pie para acompañar a Sarai hacia la mesa donde estaban Emily, Elena y Daniel. Mientras caminaban, Sarai notó el ligero rubor en las mejillas de Emily y decidió romper el hielo.

Sarai: ¿Has conocido a Emily antes, Nathan?

Nathan: Sí, nos hemos visto una vez en el malecón y me lo recomendó para ver el atardecer. [Nathan decidió no hablar de la feria]

Emily, todavía un poco nerviosa por la repentina presencia de Nathan.

Sarai: ¿Ah sí? No sabía de eso.

Mientras tanto, Elena y Daniel observaban la interacción con interés, sonriendo ante el inicio de una nueva amistad.

Elena: Yo soy Elena. Y este es Daniel. No te vemos mucho por aquí por ahí.

Nathan: He estado bastante ocupado estudiando y con algunas responsabilidades familiares, pero decidí hacer una pausa y disfrutar de un buen café hoy.

La conversación fluyó entre risas y anécdotas compartidas, y Nathan se sintió cada vez más integrado en el grupo. A medida que compartían historias y experiencias, Emily notó cómo su nerviosismo inicial se desvanecía, reemplazado por una sensación de calidez y camaradería.

Después de un rato, Daniel señaló hacia el rincón donde se encontraba el escenario improvisado para eventos y charlas.

Daniel: Oye, ¿por qué no nos unimos a la charla que está por comenzar? Parece interesante.

El grupo estuvo de acuerdo y, con entusiasmo, se dirigió hacia el área donde se llevaría a cabo la charla. Emily y Sarai intercambiaron una mirada llena de complicidad, emocionadas por la nueva amistad que estaban cultivando con Nathan, mientras Elena y Daniel los seguían de cerca, listos para sumergirse en la conversación.

Una vez terminada la charla por la puerta entro Andrea. Emily sintió un nudo en el estómago al ver a Andrea entrar. Sabía que su relación con su prima no era la mejor, y se preguntaba qué podría estar tramando. Y Sarai sintió la incomodidad nada más verla entrar. Fue hacia la mesa. Emily y Sarai intercambiaron miradas preocupadas, conscientes de cómo era Andrea. Nathan, que había estado disfrutando de la conversación animada, notó el cambio en el ambiente.

Más Allá de las Barreras del CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora