El Regreso de un Amor

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El sol del verano se elevaba sobre el horizonte, iluminando las calles tranquilas del pueblo con una cálida luz dorada. Nathan caminaba por las mismas calles que solía recorrer, notando los pequeños cambios que habían ocurrido desde su última visita.

Durante el año que había pasado desde su última vez en el pueblo, Nathan había estado enfocado en sus estudios universitarios y en explorar nuevas oportunidades profesionales en la ciudad. Se había sumergido en sus clases y había trabajado arduamente para alcanzar sus metas académicas, pero su mente siempre volvía a Emily y a los recuerdos que compartían juntos.

Mientras caminaba, Nathan recordaba los momentos felices que había pasado con Emily y se preguntaba cómo estaría ella después de todo este tiempo. Se preguntaba si ella también había pensado en él y si todavía tenía un lugar en su corazón.

Por otro lado, durante ese año, Emily se había sumergido en sus estudios en el instituto y lidiado con tener a su prima cerca y había dedicado tiempo a descubrir sus propias pasiones y metas personales. Había participado en actividades extracurriculares, había conocido gente nueva y había explorado diferentes aspectos de sí misma.

A pesar de sus ocupadas agendas, ambos se habían encontrado pensando el uno en el otro de vez en cuando, preguntándose qué habría sido de su relación y si algún día tendrían la oportunidad de volver a estar juntos.

Decidido a encontrar respuestas, Nathan continuó su camino, con la esperanza de que el destino lo llevara de vuelta a los brazos de Emily y que juntos pudieran retomar lo que habían dejado atrás.

Emily se encontraba disfrutando de un tranquilo día en la playa, acompañada por Sarai, quien había insistido en llevarla para disfrutar del cálido sol y las suaves olas. Mientras caminaban por la orilla, Emily disfrutaba del sonido reconfortante de las olas y la brisa fresca que jugueteaba con su cabello.

De repente, Sarai detuvo a Emily y le tapó los ojos con las manos.

Sarai:¡Espera aquí un momento!, [exclamó con entusiasmo].

Confundida pero intrigada, Emily se dejó llevar por la curiosidad mientras Sarai la guiaba con cuidado hacia adelante.

Finalmente, Sarai retiró las manos de los ojos de Emily, revelando un escenario impresionante frente a ella: la vasta extensión de la playa se extendía hasta donde alcanzaba la vista, bañada por la luz dorada del sol poniente. Y en medio de esa escena idílica, Emily divisó a alguien familiar.

Un escalofrío de emoción recorrió su cuerpo cuando vio a Nathan parado frente al mar, con una sonrisa radiante en su rostro. El corazón de Emily empezó a latir con fuerza mientras las emociones se agolpaban en su pecho. No podía creer que él estuviera allí, ante sus ojos, después de tanto tiempo separados.

Nathan se acercó a ella lentamente, con pasos cautelosos pero determinados. Sus miradas se encontraron, y en ese instante, todo pareció detenerse a su alrededor. No necesitaban palabras para expresar lo que sentían el uno por el otro. El simple hecho de estar juntos de nuevo era suficiente para llenar sus corazones de alegría y esperanza.

En medio del susurro del mar y el suave murmullo del viento, Emily y Nathan se fundieron en un abrazo cálido y reconfortante, sellando su reencuentro con un gesto lleno de amor y complicidad. En ese momento, el tiempo se detuvo para ellos, y supieron que, pase lo que pase, siempre encontrarían la manera de volver a encontrarse.

 En ese momento, el tiempo se detuvo para ellos, y supieron que, pase lo que pase, siempre encontrarían la manera de volver a encontrarse

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