Abri los ojos, mientras me sobaba la cara, enderezandome en el colchón.La tenue luz del sol, se esparcía por cada rincón de mí pieza y la hacía sentir un lugar acogedor.Ni pareciera que ayer hubo un tiroteo de la concha de la lora.
Mire hacia mí costado, esperanzada de encontrarme con Danilo, pero solo me encontré con uno de mis hermanitos más chiquitos, que estaba aferrado a mí brazo, mientras me abrazaba de la cintura.Suspire mientras cerraba los ojos y negaba levemente...¿Se había ido?
Sentí pasos acercarse y abrí los ojos, Carlos me dio una sonrisa tímida que borro al instante en que sus ojos divagaron por la pieza y no encontró la presencia del Uruguayo.
-¡Se fue papá, no está!-Se alejo corriendo y pronto escuché como hablaba con mí viejo.
-¿Cómo que no está?
-¿Eh? ¿A donde?-Mi mamá se asomo por la pieza, con mí hermanita en brazos.
-¿Cómo que no está?-Repitio mí papá, copiando la acción de Chila.
-¡Se fue nosé dónde está! No puede salir así lastimado.-Carlos nuevamente hablo.
-Pero estaba...pero estaba...vení Carlos, vení.-Mi hermano salió disparado hacia afuera.
Danilo se había tomado el palo, se había ido...le había chupado un huevo todo, el era así.
Solamente que yo todavía no estaba lista para comprenderlo.(•••)
La mañana hoy me había pegado como un fierro de metal, estaba demacrada y sin ganas de hacer absolutamente nada.Me levanté de la mesa, llevando la taza de Té para lavar y luego de eso, tome la mochila para salir a mí casa.
Últimamente en el colegio no hacíamos nada más que boludear en exceso...las charlas constantes sobre temas relacionados a la situación del barrio, nos aburrían por demás.
Mientras cerraba la puerta, sentía que algo me estaba olvidando, no en el sentido material, si no, que presentía que hoy había algo, aunque la cabeza no me daba para pensar a fondo que podría ser.
La dulce voz de Mirta, mí vecina, me llamo la atención tras oír el nombre de uno de mis hermanos.Pude ver qué ella, estaba con ellos.Mi rostro se torno confuso y me encontraba enojada...¿No los iba a llevar Carlos?
Una pequeña risa que me resultó bastante conocida, me hizo girar la cabeza para encontrarme con aquellos dos amigos de la vida, que hablaban entre ellos, como si nada hubiera pasado.
Carlos Y Danilo, estaban sentados en un tronco de madera, cara a cara y ni se habían dado cuenta de mis pasos bruscos y apresurados hacia ellos.
-¿Porque le dejaste los chicos a la Mirta?-Carlos se levantó al toque, con una expresión de susto en su cara.Me miró sin saber que decir.
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A̶P̶A̶C̶H̶E̶, 𝖣𝖺𝗇𝗂𝗅𝗈 𝖲𝖺𝗇𝖼𝗁𝖾𝗓// 𝖬𝖺𝗍𝗂𝖺𝗌 𝖱𝖾𝖼𝖺𝗅𝗍
Storie d'amore'•~♡︎ »» 𝗘𝗹 𝘀𝗮𝗯𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝗹𝗼 𝗮𝗺𝗼, 𝗽𝗲𝗿𝗼 𝗹𝗼 𝗮𝗺𝗼 𝗺𝗮𝘀 𝗱𝗲 𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗲𝗹 𝘀𝗮𝗯𝗲»»