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-Carlos para un poco, encerio te digo...te vas a hacer bosta boludo.-Estabamos con mí hermano en la pieza y el se negaba a quedarse quieto.
El tobillo vendado no le impedía hacer cualquier tipo de movimiento que el quisiera, pero se notaba que le dolía una banda por como se quejaba.-Tengo que hacer rehabilitación si quiero jugar el partido del finde semana.-Me respondió cortante y continuo haciendo los ejercicios.
-¿Esto es lo que él viejo te dijo que hagas?-Asintio sin mirarme.-Carlos ¿Que te pasa?-Pregunte empujándolo por los hombros.
-A vos qué te pasa...pensé que nos contábamos todo.
-¿Que mierda decís ahora?
-¿Porque no me dijiste que andabas con el Uruguayo?-Lo mire y el río sarcásticamente.-¿Te pensaste que no me iba a enterar? Así como también te pensaste que no te vi,antes de ayer cuando te escapaste con una pistola?-Mi respiración se cortó y trague grueso antes de responder.
-No ando con Danilo.
-Julia los vi besándose.-Se dio la vuelta mientras me miraba desde arriba ya que yo estaba sentada en la cama.-¿Vas a seguir mintiendo?
-No, no estoy con el... solamente nos besamos y listo.-Le dije.
-Pero te gusta.
Asentí.-Eso no tiene nada que ver igual.-Me encogi de hombros.
-¿Cómo que no?-El pregunto, mientras resoplaba.-¿y que paso con lo de la pistola?-No le respondi y el se volvió a reír.-¿No me vas a contar? Bueno listo.
Siguió haciendo los ejercicios, mientras se quejaba de dolor, ignorando completamente que yo le hablaba tratando de explicarle, sin embargo, sentía que no era indicado que le contara. Por más que sea mí hermano y se preocupe o lo que sea, sabía que también iba a tener que contarle que Danilo y Rocio consumian y eso lo iba a re bajonear.
-Carlos ¿Que estás haciendo?-Mi viejo hablo apoyándose en la puerta con mí mamá atrás.
Carlos se sentó al lado mío.-Estaba ejercitando el tobillo para poder jugar el Finde semana.
-Te dijimos que no, no podes.
-Si puedo.-El silencio se hizo presente y Segundo volvió a hablar.
-¿Vos fuiste a ver al viejo?-El asintió.-Pero te dije que no...claro no importa lo que diga yo, ¿No?-Comenzo a irse.
-Para gordo, no te vayas, vení.-Mi mamá lo siguio y Carlos también.
-¡A nadie le importa lo que diga yo en esta casa!-Se escucho el portazo y segundo después como la camioneta arrancaba.
Me apoye en la puerta para ver cómo mí vieja y Carlos hablaban entre ellos.
-Estas en penitencia, no salís.-Le dijo a mí hermano y me miró ami.-Vos anda a ver qué quiere Chito y te venís para acá, no te vas a ningun lado.
