Está bien... estás bien.

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Vasilisa's POV.

La alarma suena a las 8 de la mañana.

Izumi maulla inquieta por ser despertada.

Apagó el molesto pitido y me quito el antifaz que cubre mis ojos de la luz.

Salió el sol.

Para estar entrando otoño al fin hay un día despejado después de semanas de nubes y nubes.

Después de alistarme para la mañana, puesto que decidí salir a caminar un poco con mi pequeña, tomo mi teléfono después de horas.

Tres mensajes sin leer.

Uno era de mamá deseándome suerte hoy.

El otro de Krylova diciendo que no me dignara en llegar hasta la 1 o me sancionará con dos días de descanso.

Y el tercero, de Maxim.

"Buenos días, espero y te sientas mejor y hayas desayunado y dormido bien.
Te espero en la pista."
8:37 a.m.

Con solo dos mensajes Maxim había logrado sacarme dos sonrisas en un lapso de 10 horas, cuando llevaba alrededor de dos semanas sin hacerlo.

Me quedé en la ventana de la cocina con los rayitos de sol calentándome mientras tenía a Izumi en mi regazo y mi taza de café en mano.

"Buenos días, dormí, dejémoslo así jeje, igual espero y hayas tenido linda noche.
Nos vemos más tarde Maxim."
9:50 a.m.

Un maullido me trajo a la realidad.

"¿Qué pasa?"  Creo que eso quiere preguntar mi gatita.

—Ay Izumi, tu expadre se fue y yo me quedé a lamerme mis heridas en silencio, absteniéndome de hablar más por mi bien, y ahora...llega Maxim y trata de estar al pendiente de mí cuando ni siquiera hemos hablado de entrenamiento ni nada en la vida— suspiro. —Y honestamente no sé qué hacer, no quiero que mi carrera acabe aquí, y menos por culpa de Angelopol, no le daré ese gusto, pero...no quiero repetir los errores del pasado. No quiero involucrarme tanto con él, ni con nadie ahora—.

Sus ojitos me ven y se acerca a darme un besito en el brazo, mostrando su apoyo gatuno.

Y dicen que los animales no entienden ni sienten nada.

Una llamada suena.

—¿Hola?—.
—Vasilisa, buen día, Maxim pregunta si te sientes bien como para intentarlo hoy o que puede esperar a mañana — Krylova habla en tono neutro pero maternal a la vez.
—Angelika, claro, creo que estoy lo suficientemente bien para dar un intento al menos por hoy—.
—Perfecto, entonces te vemos aquí a la 1, no antes, o sabes lo que pasará señorita—.
—Sí coach, entendido—.

Colgamos y voy a recostarme un rato mientras continúo con "De Lukov, con amor" para matar el tiempo.

El reloj marca las 12 cuando coloco el separador y me voy a alistar mis cosas para el entrenamiento de hoy y cambiar mi ropa de casa por deportiva, mi body de manga larga color vino y mis leggings negros, junto a mi clásica coleta. Mi departamento queda a 30 minutos caminando de la arena y me gusta tomarme mi tiempo al caminar, observar la ciudad y todos sus detalles.

Respiré profundo mirándome al espejo.

—Bien Izumi, a intentar otra vez— tomé mis cosas y sali de la casa.

Don't Blame Me...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora