Don't Blame Me...

Advertencia: este capítulo contiene lenguaje mal sonante y posibles estragos de violencia y ligera mención sexual, leer bajo su propio riesgo.
Maxim's POV

Le pongo seguro a la puerta desde afuera para evitar que salga de ahí.

Tenía algo que arreglar y sabía que en el momento en el que mi rubia me pidiera que parara, no podría no hacerle caso.

El imbécil seguía donde lo dejé, fingí una sonrisa y caminé hacia él, pasando mi brazo por sus hombros, arrastrándolo a una sala vacía al final del pasillo.

—¡Valeriy, mi amigo, ven acá!— hablo con fingido entusiasmo mientras pasamos el pasillo rápidamente, intenta zafarse pero solo aprieto mi agarre.

No te escapas de esta.

Cierro la puerta con seguro tras de mí.

—¿Qué mierda crees q…
—Sientate.

Se sienta en una silla cercana con un resoplido y se cruza de brazos.

—Dime, ¿Qué planeabas? ¿Qué sentiste al verla de nuevo, eh?— me siento frente a él recargando mis codos en mis rodillas, aún con los patines puestos.
—¿Tú qué crees, huh?— sonríe burlón.
—Oh vamos, se el hombre que dices ser y dímelo a la cara.
—Deseo. Desde siempre la he deseado, sino fuera por ti estaría en mis brazos, en mi cama…— ok, esto se puso bueno.

Me río levemente y empiezo a caminar alrededor de su asiento.

—¿Ah, sí? Dime una cosa, ¿te la has imaginado?— tomo los reposa brazos de su silla cuando estoy a su espalda para susurrar en su oído. —¿Sudando, jadeando, su cabello suelto sobre su espalda, desnuda?
—¿Y tú no? Vamos, hombre, la chica es un bombón— intenta tratarme como si fuéramos amigos.
—Hmm, en eso te doy la razón, es muy hermosa…— vuelvo a sentarme frente a él. —Pero tengo algo más importante que hacer contigo.

Su dulce voz retumba en los confines de mi memoria…

"Valeriy me golpeó varias veces, silenciosamente, intenté hablar con mi madre y Krylova pero ninguna me creyó…no hasta que mi padre lo vio por si mismo"

"…también intentó, bueno, quería que me acostara con él."

—Dijo que te atreviste a golpearla.— ahora no estaba para juegos, quería romperle la cara por siquiera haber pensado en manchar su piel con moretones y rasguños.

Su cuerpo es un templo.

Mi templo.

—Obviamente mintió para tener tu atención, hermano…— me palmea la rodilla.

Oh, hermano…

—¿Así que ahora la llamas mentirosa? Y no sólo a ella, ¿sino también a su padre?— había hablado con él sobre la situación, me sorprende que no lo haya golpeado en el momento que lo vio sobre ella.

Lo tomo del cuello, asfixiandolo ligeramente.

Sus torpes manos intentan rasguñar el dorso de la mía sin éxito, el chico estaba demasiado débil en cuanto a fuerza física.

—Escúchame bien, maldito imbécil…yo que tú recuperaba mis fuerzas, porque te haré pagar con sangre todas y cada una de las estupideces que le hiciste, ¿me oyes?, la miras, la piensas, te atreves a respirar su mismo aire, te atreves a siquiera mencionar el nombre de mi mujer, y te mato.— lo suelto una vez ya estaba casi morado de la falta de aire.
—¿Tu mujer?, ¡Ja! Fue mía antes y lo sigue siendo— replica ahogadamente.

Eso solo me hace reír socarrón.

—¿Ah sí? Pues déjame decirte que ya no lo es. Yo tengo algo que tú no.
—¿Muy macho, no? ¿Y qué es eso que tienes y yo no?
—Su amor, su corazón. Y todas las noches la tengo en mi cama. Algo con lo que tú sólo puedes soñar en tus mejores fantasías...— el recuerdo de nuestra primera noche juntos llega a mi mente de manera fugaz. —Y no puedes ni imaginar lo…candente que es ella.
—¿Así que ya te la llevaste a la cama? ¿Y luego qué, se volvió toda ternura e inocente contigo?— me mira furioso a lo que yo sonrio.
—Es mi novia. Y si ella quiere, en algún momento no muy lejano, mi esposa. Así que te diré esto una última vez: aléjate de ella o atente a las consecuencias.