¿Qué pasa cuando una mano ajena te ayuda a salir del pozo en el que alguien más te empujó?
Fanfic inspirado en la pareja de baile sobre hielo de Vasilisa K. y Maxim N.
Nada de lo escrito aquí tiene que ver con la realidad, a menos que existan prueba...
Tres días desde que oficialmente mi rubia es mi novia.
Mi novia.
Aún no me lo creo.
Nuestros amigos no lo saben, creo que nadie de hecho...
Pero es normal.
Vasya y yo decidimos mantenerlo en privado para todo el mundo a menos que sea estrictamente necesario sacar la verdad.
Después de regresar del show en Cherepovets, llegamos directos a entrenar, teníamos el Desafío Ruso casi en puerta y aún el truco de la silla necesitaba ciertos ajustes. Además de que Vasya y yo teníamos planeado montar un nuevo número para los dos shows restantes con Averbukh en San Petesburgo y Minsk para finales de marzo, digo teníamos planeado porque ahora con la temporada competitiva para los demás del equipo, tanto Gorshkov como Krylova no tenían exactamente el tiempo para montar un programa de espectáculo para nosotros, por lo que tomaremos cartas en el asunto por nuestra cuenta.
"Please, be weaker" sería el tema del programa.
Aún no tenemos bien definido qué secuencias ni pasos agregaremos, tal vez un par de twizzles para comenzar.
Pero por hoy teníamos ensayo única y exclusivamente para "El Maestro y Margarita", clásico de literatura que presentaremos en el Desafío Ruso el 9 de Marzo.
-¡Woah! Maldita sea- mi rubia cae de la silla por enésima vez en el día justo cuando estaba por terminar ese truco, se queda tirada como estrella en el suelo por un momento riendo a carcajadas.
Se sienta mirando a Gorshkov aún riendo a lo que nuestro coach se ríe y va al equipo de sonido para reiniciar la música mientras yo me deslizo para levantarla.
—Ven acá— contengo la risa y la tomo de la cintura para posarla sobre sus patines y ella se sacude la poca escarcha que tenía en la ropa.
Le había prestado mi chaleco para que no tuviera tanto frío, claro estaba que le quedaba algo grande, pero debido a la variedad de prendas que traía no se notaba tanto, sirve y la mantenía en calor al menos un poco.
—Estuve tan cerca— se ríe y have un puchero a lo que yo le doy un tap en la nariz.
La besaría pero estábamos en público.
—Tranquila, vamos otra vez, aún tenemos poco más de una semana para pulir esto, anda— le doy un apretón a su mano y voy por la silla para acomodarla en su respectivo lugar para enpezar de nuevo el ensayo. —Venga chicos, si pueden, ya tienen la silla que pasó la prueba, solo queda manejar más el equilibrio— Ludmila nos motiva a un lado de Alexei desde las gradas.
Ok, aquí vamos de nuevo…
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