¿Qué pasa cuando una mano ajena te ayuda a salir del pozo en el que alguien más te empujó?
Fanfic inspirado en la pareja de baile sobre hielo de Vasilisa K. y Maxim N.
Nada de lo escrito aquí tiene que ver con la realidad, a menos que existan prueba...
—¡Espera!— intento hablar pero my apenas consigo aire. —Max… —Repítelo, anda— no detiene su cometido y yo solo puedo retorcerme debajo de él.
Lágrimas ya rodaban por mis mejillas y muy apenas podía respirar, ya me estaba mareando.
—Por favor, basta… —Dilo de nuevo y pararé… —Eres mi mejor amigo— listo, lo dije.
Sus manos detienen las cosquillas en mis costillas y al fin puedo respirar otra vez. Se sienta sobre sus muslos con sus rodillas al lado de mi cadera mientras yo retomo aire sobre el colchón.
—Soy tu novio, el "mejor amigo" dejalo para tu hermano o Kolesov, por favor— dice dramáticamente. —Está bien, lo siento— se inclina sobre mí y me besa castamente. —Vamos, tenemos un vuelo que tomar— se levanta y me da la mano para irnos al aeropuerto.
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—¿Teníamos que traer una camisa blanca?— casi grito de sorpresa.
¿Cómo pude olvidarlo?
—Sí, y como vi que no echaste ninguna en tú maleta, te traje una de las mías, te quedará algo grande pero quedará bien con tu vestido— saca la camisa extra de su maleta y la tiende sobre el reposabrazos del sofá del camerino.
Le sonrío en agradecimiento y continúo con mi maquillaje, ya solo aplicaba máscara y el labial. Max se acerca a mí por la espalda y me abraza por la cintura, me da un beso en el hombro y recarga la barbilla en el mismo lugar.
—Estás preciosa— creo que ese era su halago favorito. —Gracias— me sonrojo otra vez y dejo el bote de máscara de pestañas en mi cosmetiquera y tomo el labial matte que había elegido para ese programa. —Espera… —¿Qué…— me toma de la barbilla y choca sus labios con los míos con algo de fuerza.
Pero a pesar de la fuerza me besaba de la manera más delicada que existía. Recarga su frente en la mía y suspira.
—¿Eso por qué fue?— susurro. —Tenía que aprovechar antes de que te pusieras el labial— me suelta y va a sentarse al sofá.
Ruedo los ojos y suspiro y me aplico el labial en mis labios picantes de su beso.
•••
—Vamos— me susurra dándole un apretón a mi mano antes de soltarme e irse a su lugar de inicio al otro extremo de la pista a mi espalda.
Yo entro en personaje inmediatamente.
La pista era el fragmento de un poema del autor para su esposa en una etapa difícil de su matrimonio, y actualmente llevan 41 años casados.
Entonces, personaje de esposa amorosa pero con momentos de duda hacia su esposo, lo tengo.
La cámara pasa a mi lado y demás mientras espero por él en mi lugar.