¿Qué pasa cuando una mano ajena te ayuda a salir del pozo en el que alguien más te empujó?
Fanfic inspirado en la pareja de baile sobre hielo de Vasilisa K. y Maxim N.
Nada de lo escrito aquí tiene que ver con la realidad, a menos que existan prueba...
-¡Max ponte esto!- Ekaterina me da un gorro navideño al igual que los demás.
Hoy nos vamos de "vacaciones", y con eso me refiero a que descansaremos los siguientes 3 días para pasar año nuevo en casa y regresar el martes a entrenar.
Había música y estábamos jugando, bailando y sacando fotos a diestra y siniestra.
Vasilisa andaba de aquí a allá, charlando tanto y tanto con todos los que podía, tratando de acoplarse al equipo, Sofya va con ella y Daniil viene conmigo en la baranda de la pista.
—Disimula hermano, eres muy obvio…— se burla de mí. —Eso intento, pero… —¿Pero?… —Se me metió hasta la médula…no te lo había dicho, pero dormimos juntos la noche de mi cumpleaños y…no puedo sacarmela de la cabeza desde entonces… —Woah woah, ¿Qué?— mi amigo me mira con ojos abiertos a más no poder y baja la voz. —¿Tuviste sexo con ella?… —¡No!, no, no me aprovecharía de ella así, no, solo dormimos en la misma cama, se quedó en mi casa cuando cerraron las carreteras a Moscú, no me dejó dormir en el sofá y…no pude decirle que no— suspiro. —Hermano, estás perdido, no perdiste la cabeza solo porque la tienes pegada al cuello, pero te digo algo, sino haves algo pronto, alguien se te puede adelantar, nunca sabes… —¿Experiencia?— hago uso del sarcasmo. —Me pasó con Sofya, sé lo que te digo, amigo…no te tardes— palmea mi hombro y se va con la rubia de su novia.
Tenía razón.
Pero el miedo me gana.
No sé qué hacer con certeza.
—Max, vamos a tomarnos fotos para subirlas a insta, solo si estás cómodo, no eres muy de redes sociales…— el rosa cubre sus mejillas dándole ese aspecto tierno que me encanta, y ella sabe que no puedo negarle nada. —Está bien, vamos— sonríe y le da el teléfono a Ekaterina para que nos tome las fotos.
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Después de varias fotos y poses la fiesta de por terminada y salimos de la arena.
—…Sí mamá, yo le digo y te aviso— Vasya cuelga la llamada y se gira a mirarme desde su asiento del auto. —Mi madre quiere invitarte a pasar la cena de año nuevo con nosotros, solo si quieres y puedes—. —Debo hablar con mi madre, quería que nos juntaramos en San Petesburgo para pasar le víspera en casa de mi hermana y su familia, te aviso luego, pero yo encantado—.
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Vamos en camino a San Petesburgo, con la carretera y el paisaje cubierto de nieve dándole un aspecto de película.
Después de hablar con mi madre, quedamos en que yo pasaría la cena en casa de los padres de Vasilisa y luego nos juntaríamos ambas familia para los fuegos artificiales cerca de la casa de Vasya, mi hermana no vivía tan lejos de su casa.
El grupo de fans consiguió la dirección de Vasya en San Petesburgo y mandaron una canasta gigante de especias y verduras, que casualmente, tenía casi todo lo necesario para preparar Borsht… Y mi querida rubia inmediatamente sugirió que yo cocinara para la cena de hoy, su madre no se negó y ahora estoy en la cocina con Vasilisa ayudándome.
—¿Cómo va esa carne?— pregunto mientras prepara los condimentos. —Ya casi está— mi rubia responde a mi espalda donde se encontraba cortando la carne en cubos.
Sigo en lo mío hasta que la escucho soltar un quejido y el sonido del cuchillo golpear la tabla de picar de manera abrupta. Casi a la velocidas de la luz ya me encuentro con ella, se había hecho un corte en el dedo índice, no muy profundo pero lo suficiente para manchar su hermosa y blanca piel de color carmín.
Tomó una toalla de papel de manera apresurada y hago presión en la herida.
—Sosten esto, ¿el botiquín?— como puede me señala el gabinete de la esquina donde se guardan medicamentos y todo lo necesario para heridas.
Después de vendar su herida llevo su mano a mis labios y dejo un casto beso un sus nudillos.
—Ve a descansar y luego te arreglas, yo termino aquí. —Pero… —¿Qué acabo de decirte?— sus mejillas se colorean de rosa levemente. —Que descanse…— sus ojos divagan. —Y eso es justo lo que harás, señorita.— asiente y sale de la estancia.
Me enfoco en terminar el Borsht para antes de las 8 para que se pueda servir a las 9:30 en la cena. Rato después, Misha, el hermano menor de Vasya entra en la estancia.
—Hey Max, aquí entre nosotros, ¿te gusta mi hermana?— se recarga en la encimera.
¿Qué?…
—¿Por qué la pregunta?— intento no ponerme nervioso, ¿tanto se me notaba?… —Vamos hombre, se te nota en la mirada— me da un ligero golpe en el hombro.
Me centro en lo que faltaba de preparar para evadir.
—¿Y bien?, ¿Cuándo la invitarás a salir?
Carraspeo.
—Misha, no creo que sea prudente hablar de esto aquí, tus padres o peor, tu hermana podría escuchar… —Tomaré eso como un sí, pero tampoco te presionaré en hacer movimiento por ahora, solo cuídala, ¿Sí?— su voz cambia a tono serio, hablaba en serio. —Con mi vida. Dalo por hecho.
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—¡3…2…1…Feliz año nuevo!— gritamos todos mientras los fuegos artificiales iluminaban el cielo.
Estábamos todos.
Mis padres, mi hermana y su familia.
Los padres de Vasya, Misha.
Ella y yo.
Mi Vasya y yo.
Iniciando un nuevo año juntos...
No sé que deparará el futuro, pero ella estará en el mío.
Sea de la forma que sea.
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