Tropiezo con la larga capa de Aiden varias veces, así que luego de unos pasos me detengo a desabrocharla. La dejo caer tras de mí y vuelvo a avanzar con urgencia. No puedo ver nada. La nube anaranjada es espesa y hace que mis ojos ardan. Se cuela en mi nariz y garganta haciéndome toser. Agito los brazos desorientada mientras piso con cuidado. Rápidamente me pierdo en el espacio y no estoy segura si estoy adentrándome en el salón o sigo en el pasillo. Me vuelvo buscando a Aiden pero no logro ver más allá de mis propias manos. En el momento en el que tomo una bocanada de aire para llamarlo, me trago el humo y comienzo a ahogarme. No debí hacer esto. Fui muy imprudente.
Doy unos pasos más hacia, lo que creo, es adelante buscando a Cassandra o una burbuja de aire. Oigo unos quejidos ahogados e intento moverme en dirección a ellos. Me choco contra una mesa y la esquina se me clava en el abdomen, haciendo que me retuerza un poco. Continúo moviéndome a ciegas mientras me esfuerzo porque llegue oxígeno a mis pulmones en lugar del extraño gas. En la parte de atrás de la lengua me deja un sabor amargo y seco. Mis ojos están muy abiertos intentando distinguir cualquier cosa de mi entorno, pero el ardor se hace más intenso con cada segundo que pasa. Tengo que parar a refregarme los párpados y dejar que mis lágrimas hagan su trabajo, pero el corazón me va a mil pulsaciones por minuto. Entonces, el sonido de algún mueble arrastrándose me sobresalta y me giro en todas direcciones para ubicarlo.
Lo próximo que veo es a Cassandra pasar a mi lado cargando a alguien en su hombro. Corre a toda velocidad y no se percata de mi presencia. El cuerpo de la persona inconsciente me embiste y me caigo al piso estrepitosamente. Se me corta la respiración y sé que ahora estoy en un grave problema. Me arrastro intentando adivinar hacia dónde es la salida. Esto está muy mal. La tos se vuelve incontrolable y tengo que obligar a mi cuerpo a respirar entre espasmos. Mis codos se deslizan sobre el frío suelo y noto que la nube comienza a virar a un color amarillo.
Mis sigilos comienzan a arder y siento como si me hubiera bebido una botella entera de vinagre. Ya no puedo concentrarme en respirar y jadeo desesperada. El miedo empieza a recorrerme de pies a cabeza y no sé si las lágrimas que caen por mis mejillas son de angustia o debido al vapor. Imagenes de Aiden tendido a mi lado en la cabaña de Ceillan pasan por mis ojos y quiero gritar. Casi no pude salvarlo aquella vez, casi morimos incinerados. Mis músculos se tensan paralizándome. La mirada del druida. El olor a pociones y madera quemada vuelve a mi nariz como si estuviera sucediendo de nuevo. Me tiemblan las extremidades.De pronto, siento un tirón muy fuerte en la espalda de mi overol y mi cuerpo se eleva del piso. Trastabillo cuando me veo forzada a ponerme de pie y comenzar a correr. Resbalo varias veces pero la persona que me arrastra no aminora el paso. Unos segundos más tarde estamos fuera del salón donde la nube se ha disipado bastante. Levanto la cabeza para encontrarme a Aiden jadeando y con los ojos muy abiertos. Varios mechones de cabello le caen sobre el rostro y sigue con su mano firmemente ceñida a mi ropa. Su expresión es una mezcla de enojo y consternación que me hace estremecer. Ninguno dice nada en lo que intentamos recuperar el aliento pero luego de un momento se agacha para quedar a la altura de mi rostro.
—¿¡Acaso has perdido la razón!? Denna, ¿en qué estabas pensando? —su tono es más elevado de lo usual y me hace encogerme pero también molestarme. Frunzo el ceño y le sostengo la mirada desafiante.
—¡Cassandra estaba dentro, creí que estaba en peligro! —suelta aire por la nariz y me señala hacia un costado. Mis labios se separan con sorpresa cuando la veo sana y salva asistiendo a varios estudiantes asustados.
—No necesitaba tu ayuda, de hecho, ella misma cargó en su espalda a varios afectados para ayudarlos a salir. Se quedó hasta lo último voluntariamente para rescatar a los demás, Denna.
No sé qué decir. Me siento pequeña y tonta. Insiginificante. El calor me sube a las mejillas y bajo la mirada avergonzada. Aiden me suelta y se arrodilla frente a mí buscando mis ojos. Deja salir un pesado suspiro.
ESTÁS LEYENDO
Trazando sigilos
FantasyEl tiempo se está acabando para Denna y se queda sin opciones. El rumor de un misterioso nigromante conocido como "El Gris", la lleva a comenzar un viaje a través de las tierras pero se encuentra con un contratiempo: Aiden, un elfo. A pesar de no c...