El corazón me late en la garganta mientras un escalofrío me recorre la espalda. De la puerta de La Bóveda se cuela un tenue fulgor y siento el aire a mi alrededor cargado de electricidad, como el momento previo a que caiga un rayo en un campo abierto.
—Mira nada más. —oigo decir a Clawald a un lado antes de acercarse a mis piernas. —¿Y qué estás esperando?
No lo sé. Quiero avanzar pero una sensación nublada en mi mente me susurra que no lo haga pero... algo está llamándome. Y además, podría haber información sobre El Gris allí dentro. Recordar que aún ni siquiera estoy segura de su existencia se me eriza la piel. Pienso en Aiden. Me pregunto dónde estará ahora mismo. Se me encoge el estómago cuando pienso qué diría si supiera que estoy dentro del Archivo sin él. Quiero vomitar.
—Vamos, niña ¡Espabila! —sisea el gato mientras se enrieda entre mis pies. —¿Acaso no era esto lo que querías? No me dirás que tienes miedo.
Una parte de mí sabe que su tono burlón busca provocarme, pero mi otra parte siente que le han dado un puñetazo en el estómago y reacciona instintivamente. Le clavo los ojos con el ceño fruncido mientras apreto los puños.
—No tengo miedo.
Nos quedamos en silencio atravesándonos con la mirada hasta que de pronto, sus ojos se suavizan y su expresión se relaja, como si nada hubiera pasado. Menea la cola varias veces y luego me pregunta con tono casual:
—¿Quieres saber más sobre tu Esencia?
—Sí. —me limito a decir en lugar de ahondar en todas las señales de alerta que suenan dentro de mi mente ahora mismo.
Bertram se adelanta y me hace un gesto con la cabeza para que lo siga. Avanzo fingiendo que estoy calmada y atravieso la puerta de La Bóveda. Una vez dentro, se cierra con un chirrido grave y pesado como si tuviera vida propia. Aquí dentro, todo se siente diferente. Hay una energía abrumadora en el ambiente. Casi puedo sentirla presionando contra mi piel como estuviera sumida varios metros bajo el agua. Casi puedo oirla zumbando en mis oídos como un pitido agudo. Casi puedo saborearla en la parte de atrás de mi lengua dejándome sabor amargo y con la sensación de que me he trago las chispas producidas por un mazo forjando hierro. Casi puedo sentirla corriendo por mis venas como si me hubiese mordido una serpiente ponzoñosa. Casi. Por que no siento nada. No realmente. No físicamente. Me acaricio los brazos en un acto reflejo cuando siento una corriente familiar bajo mi piel. Mis sigilos están activándose. Me quedo esperando a que comiencen a arderme de forma insoportable y me recuerden que esta fue una pobre decisión, pero no lo hacen. Puedo sentirlos reaccionando ante este lugar pero no hay dolor, solo la constante sensación de tener diminutos trozos de cristal deslizándose bajo mi piel. No es agradable en absoluto pero creo que si me concentro lo suficiente, puedo tolerarlo el tiempo necesario para lograr todos mis objetivos aquí dentro.
—¡Te estás tardando mucho! —busco con la mirada al profesor cuando oigo su voz.
Afortunadamente, este cuarto es pequeño en comparación al imponente Archivo por lo que lo ubico rápido. Está sentado con la cabeza ladeada cerca de una pila de libros que se inclina peligrosamente, amenazando con derrumbarse en cualquier segundo. Todo aquí es diferente. Por lo que alcanzo a ver, no hay un orden establecido en los libros, ni clasificaciones en los objetos. Las cosas aquí solo... están. Me da la sensación de que cada artículo en este sitio, fue arrojado con la mayor prisa posible para volver a cerrar la puerta y que sean olvidados por siempre. Una punzada de tristeza me corta el pecho por un momento.
—Toma ese, el azul que dice "Arcanum Anima". —me indica señalando con los ojos un gran tomo que se encuentra enterrado bajo muchos otros.
Con cuidado, aparto toda la pila y lo levanto. Es grueso y muy pesado. En la portada tiene incrustado una especie de esfera de cristal que da la sensación de contener un cielo nocturno dentro. Una tira de cuero conectada a ella y al lomo evita que se abra. Le doy al profesor una mirada significativa, puesto que imaginé que nada sería tan fácil.
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Trazando sigilos
FantasyEl tiempo se está acabando para Denna y se queda sin opciones. El rumor de un misterioso nigromante conocido como "El Gris", la lleva a comenzar un viaje a través de las tierras pero se encuentra con un contratiempo: Aiden, un elfo. A pesar de no c...